Economía social del conocimiento
Red de Politólogas - Venezuela
Argumentar que el conocimiento es un dispositivo utilizado para sostener relaciones de poder es una tarea ardua, pues figuran en nuestro imaginario social muchos discursos con décadas de arraigo que defienden que solo puede obtenerse de un modo (el sistema educativo formal), que solo puedan poseerlo algunas pocas personas (quienes resultan más inteligentes y estudian más) y que sea necesario protegerlo (a través de su ocultamiento).
Si en el ámbito empresarial el conocimiento es fuente sustancial de las disputas comerciales, en el contexto de las relaciones en el Estado, donde éste es un actor de peso en el contexto social, económico y productivo, también desempeña un papel importante definiendo cuotas de poder y de toma de decisiones. El conocimiento hoy en día es un bien, que circula en una economía, creada por un entramado de actores y factores productivos que se benefician de su intercambio.
Esto es la economía del conocimiento, y crea relaciones comerciales, financieras y de poder político gracias a su acumulación como otro factor del capital. Enfatizamos en el intercambio de conocimiento pues, al ser un factor privilegiado en la producción de riqueza y valor dentro de los distintos elementos productivos del aparato económico, el intercambio es la forma más directa en que tal producción de riqueza puede ser materializada.
Al igual que en la economía, el capitalismo cognitivo ha profundizado las desigualdades sociales que el tiempo de pandemia nos ha permitido evidenciar de modo más claro: no sólo con los pobres resultados en salud según el país, sino también en el impacto que las modalidades a distancia y en línea han tenido en la segregación y deserción en distintos niveles de los sistemas educativos.
Para superar estas desigualdades, debemos acelerar el tránsito hacia una economía social del conocimiento, que lo defienda como un bien común, que privilegie su valor de uso sobre su valor de intercambio, que reconozca las diversidades que habitan al conocimiento en su origen, su propiedad, su carácter colectivo y que, sobre todo, lo entienda como un elemento indivisible de los procesos locales de toma de decisiones. Y esto sólo puede hacerse desde la organización colectiva local. (O)