Rodas y Barrera dialogarán Hoy en radio Visión, con el periodista diego oquendo, quien adelantó que no permitirá el ingreso de cámaras para presenciar el encuentro
Ciudades inclusivas: modelo que demanda la gente
Pensar en la ciudad como un espacio de convivencia, inclusiva, con calidez, son algunas de las aspiraciones ciudadanas recogidas a través de cuatro voces que desde distintas áreas han experimentado la problemática cotidiana de Quito y Guayaquil (ver entrevistas).
Ajenos a ese debate, los estudiantes universitarios también quieren involucrarse en la campaña a nueve días de los comicios seccionales. Ayer, los representantes de seis universidades públicas y privadas de la capital propusieron al alcalde que busca la reelección, Augusto Barrera, y al candidato a la alcaldía, Mauricio Rodas, exponer sus ideas en un debate abierto.
El escenario será el auditorio de la Universidad Católica de Quito, a donde los candidatos acudirán el próximo lunes, a las 18:00, para discutir temas como la movilidad, educación, salud, cultura, espacios verdes, infraestructura, seguridad, entre otros. Para evitar preguntas sesgadas, pasarán primero por un filtro, explicaron.
Para Daniel Vizuete, representante estudiantil de la Universidad de las Fuerzas Armadas, señaló: “Para los jóvenes es importante hablar sobre Quito porque, más allá de los lugares comunes, sabemos que en época de campaña se reduce la dimensión de lo que en realidad se está jugando”.
El coordinador del encuentro explicó que hablarán de convivencia, cultura -que no implique solo eventos artísticos- y sobre el contexto nacional e internacional; además de seguridad, movilidad y gestión municipal. Y para garantizar la participación de los jóvenes crearon el hashtag: #debateuniversidadesUIO, donde podrán hacer sus consultas.
Vizuete dijo que con el debate buscan ayudar a clarificar el voto de los ciudadanos, sobre todo entre los indecisos.
El debate estará moderado por Gabriela Gallardo, exdirigente estudiantil de la Universidad Católica. Ella será la encargada de recoger las preguntas de los jóvenes desde las redes sociales. Cada candidato, inicialmente, tendrá 10 minutos para la presentación de sus propuestas, que incluiría un video de la campaña y sus palabras de bienvenida para decir por qué quieren ser alcaldes. Después de ello se hará un bloque de preguntas que serán realizadas por cinco estudiantes, cada uno con un cuestionario por temas.
PACO SALAZAR/ FOTÓGRAFO
“Rodas ha copiado la clásica receta de los asesores populistas”
Las grandes ciudades en el mundo están transformándose en urbes de otro tipo, que se diseñan para construir la economía en la vereda y que los ciudadanos usen la ciudad de manera muy distinta. Esa forma de pensar la ciudad, desde el ser humano, no se encuentra en el discurso del candidato Mauricio Rodas.
Al evaluar su plan de trabajo queda claro que tiene poco interés -como aspirante a la alcaldía de Quito- en enfrentar los temas sociales dentro de su propuesta denominada ‘Una ciudad solidaria’, que apenas representa el 10% de su propuesta plasmada en 30 diapositivas.
Pero en principio, esa muestra tiene que ser representativa y que solo hable de la ciudad solidaria en el 10% del plan es un poco alarmante. Creo que a lo largo de su discurso se revela la poca disposición que tiene para pensar la ciudad como un proceso de transformación social.
Los demás candidatos son bastante sui géneris. Creo que los otros partidos -dejando de lado la propuesta de PAIS o de Rodas- no se han tomado tan en serio la campaña y, por el contrario, han aprovechado algunos espacios publicitarios para soltar locuras exóticas y estrafalarias con el fin de salir en los medios de comunicación.
A mi criterio, no se han copiado las propuestas de las anteriores elecciones seccionales, pero en el caso concreto de Rodas, se ha copiado la clásica receta de los asesores políticos de populismo que construyen un candidato desde el cumplimiento perfecto de una doctrina de comunicación: mensajes cortos, lenguaje sin compromiso, neutralidad política, siendo hasta anacrónico en ese sentido. Creo que el continente está viviendo otro tipo de relaciones políticas, ya no buscamos los cientistas sociales sino los compromisos políticos. Independiente del signo, creo que buscamos que esté dispuesto a hacer cambios radicales.
Debo analizar procesos de ciudad que se han dado en América Latina y que deberían ser referentes para nosotros. Por ejemplo, los procesos en Curitiba (Brasil) con el alcalde Jaime Lerner; en Medellín (Colombia) con Enrique Peñaloza, que se han convertido en procesos de transformación de la ciudad, pensados desde el concepto político de ciudad.
En el caso de Rodas, creo que maneja un escaso contenido político de su propuesta: es un político neutro, pero lo que le falta es un compromiso político de ciudad. Los electores debemos buscar eso y no a quien nos da más o menos servicios, no es una discusión de servicios sino de modelo de ciudad.
Los temas de inclusión están ausentes en la mayoría de los candidatos por concentrarse en lo que les pide el mercadeo político, como temas de seguridad y la movilidad. Aquello se ve en todos los candidatos, salvo Augusto Barrera, que tiene la experiencia, por lo tanto su discurso se maneja desde un conocimiento más profundo de la ciudad. Sin embargo, los otros candidatos se limitan a pensar que el problema de movilidad es solucionar cómo los carros particulares se mueven y que el tema de seguridad se reduce a cámaras y policías, cuando en realidad los planteamientos contemporáneos nos dicen que la seguridad es un tema de diversidad y de tolerancias diferentes.
Los problemas de nuestra ciudad en términos de seguridad se enfocan en que cada vez vivimos más segregados y aislados, pero no estamos tolerándonos diferentes. Esa construcción del espacio público veo que es una agenda importante en la discusión política de la ciudad y en ese sentido el único que ha topado el tema con mayor profundidad es Augusto Barrera.
La posición de Rodas frente al espacio público es bastante ‘nice’, ya que lo ve como solo iluminación, vigilancia, mobiliario, pero esto es mucho más complejo como las diversidades, el ocio, el consumo.
Me preocupa que un candidato a la alcaldía no alcance a ver esas cosas que son la tarea de la construcción.
En el espectro de candidatos casi todos ven la movilidad de una manera simple. En este sentido Barrera es un alcalde que se ha jugado por enfrentar una solución de movilidad profunda, que es el Metro.
JAIME IZURIETA VAREA, ARQUITECTO
“Se debe responder al nuevo paradigma de construcción de ciudad”
Las propuestas de campaña de todos los candidatos a la Alcaldía no pueden y no deben alejarse demasiado de un rumbo muy específico que es el que están tomando las ciudades en la actualidad, es decir, nos hemos dado cuenta de que la planificación urbana del siglo XX fue todo un desastre, pues estuvo enfocada en el carro, en las vías, en permitir que los arquitectos hagan edificios que no tenían ningún tipo de relación, no respondían y le daban la espalda básicamente a la ciudad.
Fue una ciudad que no pensaba en el ámbito público, que es donde ocurren todas las dinámicas, donde nos encontramos la gente, donde compartimos, que es allí donde fluyen las ideas, creatividad, conocimiento y donde se mueven las personas.
Me parece que el urbanismo actual se ha dado cuenta de que esa manera de construir ciudades en las que la gente no podía encontrarse y requería del carro para, por ejemplo, ir a un centro comercial, es un modelo que no funcionó, que trató de reemplazar a la ciudad tradicional, pero que lo hizo bastante mal.
Afortunadamente ahora ya estamos cambiando, estamos pensando primero en la escala humana, estamos tratando de romper un poco esas edificaciones enormes que lo que hacían era ser las marcas de las instituciones a las que representaban, tanto públicas como privadas, las que pasaban a ser estructuras que estaban por ahí para aplastar y silenciar al ciudadano que estaba caminando por ahí.
Afortunadamente ahora es muy distinto lo que están haciendo, es un urbanismo que se hace para la gente y es un urbanismo que se hace basado en la escala humana.
Es en ese sentido que creo que las propuestas de los candidatos no pueden ni deben alejarse de ese nuevo paradigma.
Hay algunos candidatos que plantean hacerlo desde el lado privado, lo cual creo que es un error; pero hay candidatos que lo plantean hacer únicamente desde el lado público, lo cual creo que también es un error.
En la ciudad ahora nos hemos dado cuenta de que está hecha de dinámicas y es un conjunto de procesos, y esas dinámicas y procesos no ocurren aislados, sino cuando concuerdan el sector público y privado. Creo que el trabajo que se ha llevado a cabo, por ejemplo en Quito, es absolutamente beneficioso, es decir, ir sobre la marcha construyendo un modelo en el que se comparten responsabilidades y se aprovechan las fortalezas, tanto del sector público como privado, lo cual es, me parece, un modelo muy exitoso.
Eso tiene que ser el modelo al que tiendan todos los candidatos, pues apartarse de eso me parece que sería un error...
Es muy importante que la gente comprenda que tiene que existir una visión de ciudad, y que si existen dos o tres visiones, cada uno jala para su lado y la ciudad no progresa.
Entonces, el liderazgo de la persona que llegue al cargo de la Alcaldía de cualquier ciudad tiene que ser principalmente eso, el rol de liderar, el rol de inspirar para que la gente construya una ciudad rodeada, el rol de construir colectivamente con toda la gente una visión concertada de hacia dónde vamos, y una visión que mire todos los sectores y que los aglutine.
Y creo que en eso han sido muy exitosas algunas ciudades en el Ecuador, pues veo, por ejemplo, que Cuenca es interesante, que es un modelo que la gente sigue, que aplaude y que quiere seguir, y eso se refleja no solamente en los votos, sino en cómo la gente quiere, trabaja y construye su ciudad a diario.
A nivel general, cada candidato tiene diferentes propuestas de cómo hacerlo, cada uno responde a un interés distinto, cada uno tiene su manera, su experiencia, pero creo que, en general, todos están respondiendo a este nuevo paradigma de construcción de ciudad que es para la gente, hecho desde la colaboración entre sectores, entre disciplinas.
En el caso de Quito, por ejemplo, se ha avanzado mucho en porcentajes de cobertura de agua potable, que es una de las empresas más reconocidas a nivel latinoamericano y mundial, porque la cobertura y el servicio que tiene es excelente.
XAVIER RODAS GARCÉS, DOCENTE UNIVERSITARIO
“En Guayaquil hay una necesidad de un cambio en el modelo de gestión”
Al menos en lo que se refiere a la ciudad de Guayaquil, considero que vive una encrucijada para decidir al momento de votar: o continúa con un modelo de gestión de desarrollo urbano altamente excluyente, socialmente inequitativo y ambientalmente insostenible, o revoluciona la concepción y la práctica de la gestión de los intereses locales hacia un desarrollo profundo y multilateral de todos los puntos cardinales de la urbe, participativo, centrado en la dimensión humana y en armonía con la naturaleza, con oportunidades para todos.
Los mayores desafíos, junto al más importante de ellos, el desafío ético de la gestión municipal, consiste en superar los grandes problemas de la seguridad ciudadana, lo referente al transporte, el agua potable, el alcantarillado, los espacios verdes y la recreación de las familias, así como la recuperación del Estero Salado, el crecimiento ordenado de la urbe porteña, etc.
La concertación de esfuerzos de los niveles central y municipal de gobierno debe ser la tónica que marque el futuro inmediato del desarrollo de Guayaquil.
Considero que la candidatura de Viviana Bonilla, por ejemplo, podría garantizar una productiva articulación de visiones compartidas de desarrollo y el éxito de la acción municipal futura.
A mi juicio, lo mejor que le puede ocurrir a Guayaquil ahora es la contribución vigorosa de toda la capacidad operativa del gobierno de la Revolución Ciudadana a las tareas del desarrollo local, para proyectar a la ciudad hacia el futuro inmediato a través de las megaobras urbanas que reivindiquen definitivamente y a plenitud los más caros intereses de los guayaquileños en su conjunto.
La construcción de otra ciudad más próspera, más equitativa, en armonía con la naturaleza y en un ambiente de seguridad y sano dinamismo social es posible en Guayaquil, y esa es la expectativa de la mayoría de los habitantes.
El Presidente de la República, un patriota de origen guayaquileño, bien puede estar al frente del desarrollo de la ciudad, como parte del equipo alineado por unos mismos objetivos discernidos por el pueblo ecuatoriano, los objetivos del Buen Vivir para Guayaquil y toda la nación.
Como un ciudadano más y como catedrático universitario, puedo opinar que, efectivamente, al menos en Guayaquil, hay una tendencia, en mi concepto, mayoritaria de la ciudadanía de querer una renovación del gobierno y autoridades municipales.
En ese sentido, creo que va ganando cada vez más fuerza la posibilidad de que la candidata de Alianza PAIS, con todo el apoyo gubernamental pueda, efectivamente, hacer los cambios que Guayaquil necesita en todos los órdenes, entre ellos el relacionado con la infraestructura, la seguridad, movilización, etc., como ya lo señalé anteriormente.
De tal manera que yo creo que hay una tendencia absolutamente marcada de la necesidad de un cambio del modelo de gestión del gobierno municipal de Guayaquil.
Creo que, así como se ha hecho a escala nacional una gran obra, también se la puede hacer en Guayaquil en particular, y me atrevo a decir que ese es el punto principal que analiza la gente, los ciudadanos, los habitantes, para decidir por cuál candidato votar el próximo 23 de febrero.
Con respecto a las propuestas de otros candidatos, en lo referente, por ejemplo, a incluir a la gente en los cambios, en lo relacionado a la gente y a la construcción de ciudades con visión de futuro, sin duda que quien propone un modelo de ciudad es Bonilla, diferente al de otros candidatos y diferente del que hemos estado acostumbrados. De allí la enorme expectativa a la que me refería antes.
Allí es en donde, por ejemplo, sobresalen propuestas como aquella de querer hacer de Guayaquil una ciudad ecológica, lo cual, en la práctica, es una gran aspiración que se espera sea cumplida, por el bien de la ciudadanía en general y de la urbe en particular, para estar a tono con otras urbes del mundo.
DANIEL ADUM, ARTISTA VISUAL
“El transporte público en Guayaquil es uno de los más grandes fracasos”
Vivo al frente del Estero Salado, el ícono del abandono y de la despreocupación de la actual administración. Guayaquil es una de las pocas ciudades del mundo que tiene el privilegio de que un brazo de mar ingrese a la ciudad. De ahí que se debería aprovechar, por ejemplo, para crear un sistema de transporte fluvial que conecte Guayaquil y Durán, pero no existe la voluntad política para emprender ese proyecto.
Guayaquil es una ciudad que vive atemorizada por el ‘cuco’ de la delicuencia y el miedo al secuestro, un tema que evidentemente no es solo del Municipio sino que también depende del empoderamiento de la gente sobre el espacio público. Faltan más rutas de a pie y creo que más espacio para el arte en la calle podría aportar en ese sentido.
Guayaquil no es una ciudad de peatones ni ciclistas, sino que privilegia a los vehículos; mucho menos pensada para el transporte alternativo. El conductor más agresivo, el que bota el carro primero, ese es el más ‘respetado’ en las vías, cuando el peatón debe ser priorizado. Este es un tema que por años estuvo descuidado.
Por otro lado, el transporte público en Guayaquil es uno de los más grandes fracasos de esta administración, que refleja el tercermundismo de esta ciudad. Del total de las unidades de transporte público, aquí no existe un mapa con las rutas, las vías o los horarios de cada cooperativa. La Metrovía fue un intento, pero no cuenta con las condiciones elementales para la comodidad de los usuarios. Ese no podrá ser jamás un ‘modelo exitoso’ porque está manejado por una empresa privada que busca lucrar, no es una empresa pública que busca servir a la ciudadanía, así que no invierte más porque supongo que no tendrá retorno. Lo que han hecho con la Metrovía, en realidad, es reducir el espacio para la circulación vehicular, y a ello se suma la inoperancia del sistema de semaforización.
La verdad es que no entiendo cómo la situación es tan caótica cuando por años estuvo la Comisión de Tránsito del Guayas.
Con respecto a la calidad del servicio público que ofrece la Municipalidad, creo que siempre está detrás una intención electoral porque no busca en realidad satisfacer las necesidades de la gente. No creo que la política del gobierno local sea servir al ciudadano, porque de ser así no tendríamos problemas de vialidad o el Registro Civil de Guayaquil funcionaría como un reloj suizo, simplemente son intentos por distanciarse del Gobierno Central.
Por ejemplo, el Registro Civil público ahora está descentralizado en Guayaquil y ofrece un servicio eficiente, mientras que el Registro Civil del Municipio debería llegar al menos a las parroquias. Eso solo nos permite entender que Guayaquil necesita un relevo, gente nueva con ideas innovadoras, que mejoren la calidad de vida de la gente.
Por otro lado, no creo que Guayaquil sea una ciudad educada para respetar la diversidad. Viví en Barcelona (España) durante dos años y es destacable su respeto por las diferencias. Guayaquil, en cambio, es una ciudad polarizada, excluyente. Eso se refleja en muchos escenarios, como el acceso a servicios básicos que configura varios tipos de ciudad: uno es el Guayaquil de Samborondón, otro el del centro, comparado con las periferias, o Urdesa. Eso implica que es urgente pensar en la diversidad cultural y de género, que incluye a los grupos GLBTI.
El alcalde Jaime Nebot ha hecho un trabajo de reconstrucción de ciertos espacios visibles, que satisfacen al guayaquileño que piensa en tener cerca un mall y acceder a televisión pagada, pero cuando sale a la calle jamás se relaciona con sus vecinos porque siempre vive en la tensión por el temor a la delincuencia.
Por eso, al analizar los planes de campaña, sin duda alguna, estoy en completa sintonía con la candidata Viviana Bonilla. Ella ha conjugado esas necesidades, porque aún hay barrios que no tienen agua potable y los pocos que tienen espacios verdes no sacan a sus niños por temor a la inseguridad. Ese cambio generacional es urgente para la ciudad.