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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Los policías y militares informaban a Estados Unidos de sus excesos

En agosto de 1973 la situación era tensa en Guayaquil. Todo empieza cuando estallan protestas estudiantiles en los alrededores de la Universidad Estatal. Ese incidente radicalizó al gobierno militar de Guillermo Rodríguez Lara.

Los uniformados reprimieron con dureza la manifestación, mientras que la oposición denunció violaciones a los derechos humanos. Toda esa situación fue reportada por el Consulado de Estados Unidos en Guayaquil al Departamento de Estado.

En una serie de cables queda demostrado cómo los mandos militares de la provincia del Guayas informaban a los norteamericanos todos sus movimientos, incluso los que podrían tacharse de ilegales.

El 13 de agosto de 1973 se emite un informe sobre vehículos quemados y la gravedad de los disturbios en el Puerto Principal. “Los estudiantes han quemado varios vehículos y la situación, según la Policía, es seria. Militares reportan que han abierto fuego en la zona universitaria”, escribe un diplomático no identificado.   

“Ordené que todos los vehículos oficiales salgan de la calle y cerré el Consulado General. El Centro Binacional también fue cerrado. Por advertencia policial todo el personal americano que vive cerca o alrededor de la Universidad no irá a su casa a almorzar y permanecerá en el Consulado General o el Centro Binacional hasta que la situación se aclare. A las familias también se les ha dicho que permanezcan en casa”, reportan los estadounidenses.   

Al día siguiente el consulado reporta que “el cuerpo del estudiante asesinado durante las protestas, Erwin Édison Valencia García, fue tomado por las autoridades durante la noche e incinerado muy temprano esta mañana, para evitar el pretexto de manifestaciones durante el funeral”.

“Otras muertes ayer se reportan vagamente, sumando posiblemente tres o cuatro más, incluidos los estudiantes, pero esto es de conocimiento público (...)  Nuestro contacto policial reporta numerosas detenciones entre líderes izquierdistas y estudiantiles, algunos de los cuales ya han sido enviados al Oriente”, señala el informe.

Al siguiente día el consulado continúa informando sobre los abusos de la dictadura, los que conocía de primera fuente. “Entre los detenidos están el ex alcalde y líder liberal, Francisco Huerta Montalvo y el economista liberal, Abdón Calderón Muñoz, ambos líderes del Frente de Restauración Democrática. El gobernador me dijo que Huerta fue arrestado por declaraciones públicas sediciosas, pero él personalmente sospecha que también está detrás de las protestas estudiantiles”, escribe un diplomático norteamericano.          

El gobernador del Guayas en aquella época era el marino Renán Olmedo, calificado por Estados Unidos como un personaje “oscuro y ambicioso”.                                              

“Huerta está en el Oriente con los estudiantes exiliados en puestos militares dispersos. En reportes de prensa el gobernador negó tener conocimiento de la detención de Calderón o quién lo ordenó, dejando  entrever que fue por orden del Ministerio de Gobierno”, agrega el cable. Esa cartera de Estado estaba ocupada por el también marino Alfredo Poveda y quien posteriormente fuera parte de la Junta Militar que reemplazó a Rodríguez Lara.

“La actitud del Gobierno parecería demostrar que los que no quieren salir lastimados deben permanecer fuera de la línea de fuego”, analiza el diplomático estadounidense,

La situación posteriormente se calmaría en Guayaquil, pese a que se encontró el cuerpo de un estudiante. La Policía siempre negó su participación en el hecho, pero el suceso fue reportado a Washington. Lo cierto es que la rebelión del Puerto Principal cambió el panorama de la dictadura militar. El Ministerio de Gobierno entonces se esforzó por equipar a la Policía.

El 30 de enero de 1974 Rodríguez Lara se reúne con el embajador norteamericano Robert Brewster. El Mandatario pide el apoyo de EE.UU. para comprar armas que servirán para “poder hacer frente a cualquier problema interno que se pueda producir”. Así lo detalla un cable de aquel día.  

Al siguiente mes de aquel encuentro Poveda llama a un oficial de la embajada (que no es identificado) para comprar armas a Estados Unidos. Ecuador quería cuatro helicópteros y el ministro promete que dos se usarán para la lucha contra el narcotráfico, los otros dos para “fines generales”.

Y eso ocurre porque el oficial norteamericano presiona a Poveda para que se usen más recursos contra el narcotráfico. Él se queja porque se desperdicia el personal que ha sido entrenado por Estados Unidos.                    

En el análisis del encuentro se informa que “no podemos estar seguros de que nuestra gestión ante Poveda traerá ningún resultado tangible (...) en cuanto a los helicópteros, no vemos ninguna objeción de principio contra  la venta del Ministerio de Gobierno”. Luego se explica que esos equipos son necesarios para “hacer frente a cualquier problema interno que se pueda producir”.     

Posteriormente, la Embajada, con el apoyo del Departamento de Comercio, auspiciaría la compra de vehículos a la empresa estadounidense GM (General Motors). “GM está interesada en proporcionar vehículos al Ministerio de Gobierno y está preparada para cooperar al máximo”, informa un reporte emitido desde  Quito el 1 de noviembre de 1974.

Ellos estaban seguros de que la compañía satisfaría todas las necesidades de la cartera de Estado. Los vehículos que vendió GM fueron camionetas marca Chevrolet  usadas por la Policía Nacional.

CORREA INSISTE EN QUE REINO UNIDO TIENE LA SOLUCIÓN PARA ASSANGE

El presidente Rafael Correa insistió en que la solución a la situación de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, está en manos de Reino Unido.

El Mandatario ofreció esas declaraciones en una entrevista concedida a la periodista española Ana Pastor  hace dos semanas cuando se encontraba en Madrid como parte de una gira por Europa. El diálogo fue transmitido el domingo en la noche por la cadena CNN.

Correa aclaró que no ha mantenido ningún contacto con Assange durante los once meses que ha permanecido en la Embajada de Ecuador en Londres. La única vez que habló con él fue para la entrevista que le concedió como parte de su programa “El mundo del Mañana”, en el canal RT.  

El gobernante ecuatoriano ha indicado varias veces que mantendrá su postura referente al tema, en el sentido de que permitirá que Assange permanezca en la legación diplomática de manera indefinida.       

Eso ocurre porque Londres se rehúsa a conceder un salvoconducto que le permita a Assange viajar a Ecuador sin que sea detenido por la policía inglesa que quiere extraditarlo a Suecia, donde es requerido para un interrogatorio.

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