Se investiga posible ataque waorani contra pueblos en aislamiento voluntario
Incluso, personal del Plan de Medidas Cautelares del Ministerio de Justicia organizó un sobrevuelo por las zonas selváticas de Orellana en donde se ubican los pueblos en aislamiento, para confirmar o desvirtuar tal hecho.
“Se confirma ataque de waoranis a miembros de pueblos aislados. Se desconoce el número de víctimas y lugar exacto del siniestro”, escribió el Ministerio de Justicia al mediodía de hoy en su cuenta Twitter.
Este presunto ataque de waoranis contra miembros de pueblos no contactados habría ocurrido luego de que el 5 de marzo pasado, los waoranis Ompure y su esposa Buganey, fueron asesinados -presuntamente por indígenas de la comunidad Tagaeri y Taromenane, quienes se sienten amenazados por la explotación y contaminación petrolera, minería y el tráfico de madera y animales.
De Ompure se conocía que era de los pocos que tenía relación con los Taromenane, seguramente porque compartía con ellos el espacio de la cacería, pero a diferencia de sus “vecinos”, él tenía escopeta.
"Ompure sabía mucho sobre ellos, sabía cómo era su idioma y decía que no era el mismo que el de las otras tribus. Los definía como altos y siempre les daba como una característica de superioridad, de gente que vive del monte, de gente que se relaciona con las espinas”, dijo la periodista Milagros Aguirre, quien además es directora de la Fundación Alejandro Labaka en la Amazonía.
“Él y otros dos viejos de la comunidad tenían esa relación de intercambio de objetos o de chicha con los pueblos no contactados. De alguna manera Ompure venía a ser como una pared contendora de esta violencia, porque mientras estaba él y mientras los Taromenane podían acceder a ciertas cosas que él tenía, no iban a entrar a agredir a nadie”, añadió.
Aguirre consideró que en el ataque y muerte a los waoranis Ompure y su esposa Buganey (ocurrida el 5 de marzo pasado), hay aspectos que indican que los presuntos causantes fueron Tagaeri, por el tipo de lanzas: grandes y gruesas.
El general Jorge Peña Cobeña, jefe del Ejército ecuatoriano, frente a la consulta de El Telégrafo de si militarizar la zona de conflicto entre etnias ayudaría a controlar la situación, efectuada días atrás, señaló: “No, no creo, porque es una zona intangible y hay que respetar aquello”. Y destacó que lo que ellos (militares) podrían hacer es un patrullaje esporádico, un cierto control limitado.
Dijo que a quien le corresponde monitorear la zona es al Ministerio del Ambiente. “Yo me imagino que ellos deben desarrollar un sistema de guardaparques y gente que conozca además del asunto”.
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— Justicia_Ec (@Justicia_Ec) 2 de abril de 2013