Estado analiza método para abordar conflicto indígena
Tras el asesinato de dos indígenas waoranis ocurrido el 5 de marzo pasado, presuntamente a manos de miembros de la etnia aislada tagaeri, el Gobierno busca alternativas para frenar enfrentamientos entre comunidades ancestrales.
El viceministro de gobernabilidad del Ministerio del Interior, Óscar Bonilla, considera que esos ataques suelen ser parte de una espiral de retaliación que difícilmente puede superarse con arreglos provenientes de la legislación, de la normatividad o de las formas de ejercicio de la política pública que se aplican en las ciudades y en el sector rural, pero no en la selva amazónica.
“Debemos instalar políticas públicas directamente en las comunidades. Debemos buscar, además, la construcción de interlocutores con los tagaeri y taromenane porque tenemos enormes dificultades. Nuestra tarea es intentar construir un interlocutor, pero que no sea el reflejo de una organización gremial clásica - urbana.
Tiene que ser una suerte de mesa de trabajo con autoridades indígenas tradicionales en el sentido de jefes de familia y de clan”, señaló el funcionario.
Milagros Aguirre, directora de la Fundación Alejandro Labaka en la Amazonía, opina que la sociedad ecuatoriana no sabe qué hacer con el asunto de los tagaeri y los taromenane. “Cada vez que ha habido un muerto, la reacción ha sido más o menos similar, es decir, siempre nos coge de sorpresa, se empiezan a activar los aparatos estatales, pero todavía sin una política de qué es lo que se va a hacer con este tema”, explicó la activista.
Ese desconocimiento -a su criterio- ha sido causa para no poder detener la violencia entre tagaeri y taromenane. “Yo creo que este es el momento para pensar en eso. Por ejemplo, no ha habido en ningún caso reparación de víctimas, y tiene que haber legislación sobre ese tema”.
El pasado 5 de marzo, indígenas tagaeri mataron con lanzas a los waoranis Ompure y a su esposa Buganey, lo que afectó aún más la poca interlocución que tenían esas etnias enemigas. Según Aguirre, Ompure era uno de los pocos que tenía relación con los taromenane.