Una de las actividades turísticas más relajantes que se puede realizar en Guayaquil es conocer la ciudad a través del río. Aunque el turismo fluvial no ha sido del todo explotado, la urbe porteña invita a grandes y chicos a unirse a esta aventura.

Guayaquil no es solo parques, miradores, centros comerciales, monumentos, etc., también es agua; su afluente que enamora y cautiva, y cuyas aguas dulces y saladas que forman el manso Guayas llegan gracias a dos subcuencas principales: los ríos Daule y Babahoyo.

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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) February 21, 2020

Paseos por toda la ría se los puede hacer en las embarcaciones Cacique Tumbalá y Morgan, que se encuentran ancladas en los muelles del Malecón Simón Bolívar, o en las lanchas de Aventuras Ecuador, ubicadas en el muelle del Parque Histórico, en Samborondón.

Los paseos duran entre una a dos horas, según el horario y el recorrido que se elija. Lo indispensable es llevar bloqueador solar, gorra o sombrero y agua (si va a navegar en el día). Si el paseo es nocturno, el repelente viene muy bien. No olvide su cámara fotográfica para capturar los mejores momentos.

Antes de iniciar el recorrido, los guías imparten normas de seguridad que apuntan, principalmente, a tener siempre puesto el chaleco salvavidas. Luego hacen una breve reseña del recorrido que se hará.

En las lanchas Aventuras Ecuador, el capitán Milton Abad impulsa la conciencia turística desde las riberas del Guayas e invita a conocer la ruta de Las Mansiones, por el río Babahoyo. Este paseo consiste en dar toda la vuelta a la Isla Mocolí y observar las majestuosas infraestructuras que se levantan en esta zona. También se podrá conocer el norte y centro de Guayaquil.

Mientras las lanchas Cacique Tumbalá los embarcan en el circuito Río Guayas, donde resaltan atractivos como Puerto Santa Ana, Las Peñas, el Malecón Simón Bolívar, sin olvidarnos el centro de la ciudad, la avenida 9 de Octubre, edificios emblemáticos como la Gobernación y del Municipio, y en el sur el barrio del Astillero.

También existe el circuito Isla Santay, que dura 2 horas. Aquí los turistas son llevados a esta reserva natural y luego recibidos por nativos de esa localidad. Una vez terminada la excursión abordan la embarcación y regresan al muelle del Malecón Simón Bolívar.

Juan Castro, encargado de Operaciones de estas embarcaciones, reconoce que Guayaquil debería tener más muelles para activar esta clase de turismo. Por ahora sabe que debe brindarle una atención de primera a los turistas que llegan al puerto principal y cuya temporada alta -aseguró- ''es de junio a diciembre''.



En la noche el espectáculo cambia, las luces se encienden y desde el buque Morgan el recorrido cautiva a más de uno con las grandes edificaciones alumbradas del centro de Guayaquil, la Torre Morisca, el Palacio de Cristal, la noria La Perla y el barrio Las Peñas que se levanta en el cerro Santa Ana, otorgan los colores del arcoíris.

Evitar el tráfico de la ciudad, liberarse del estrés y rescatar la tradición fluvial del Guayaquil de antaño es posible gracias a los paseos en lanchas y en el barco Morgan. Solo debe decidirse y embarcarse en la aventura que invita a visitar de norte a sur, o viceversa a la ciudad más poblada de Ecuador, Guayaquil. (I)

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