Río de Janeiro.-

El español Rafael Nadal, número tres del mundo, buscará revalidar su título en el abierto de Río de Janeiro (ATA 500), que arranca hoy en medio de un calor sofocante y salpicado de la locura del carnaval.

Nadal arranca como primer sembrado del torneo y debutará mañana ante el brasileño Tomas Bellucci (63º en el ranking de la ATP), con lo que su primer encuentro podría no contar con el apoyo, hasta ahora incondicional, del público ‘carioca’. El Rio Open se disputa del 16 al 22 de febrero en el exclusivo Jockey Club.

El español David Ferrer, noveno en la clasificación de la ATP, parte como segundo sembrado del torneo y podría chocar con su compatriota solo en la final, en una semana.

El torneo coincide con la fiesta de carnaval en Río de Janeiro, en la que las escuelas de samba participan de los suntuosos desfiles en el sambódromo. Así que antes del tenis, Nadal y Ferrer, junto al legendario Gustavo Kuerten, participaron en el desfile de la noche del domingo. “Es algo único, algo muy especial, desde la distancia se ve el carnaval como uno de los eventos más especiales del mundo. Para mí, un placer, una buena ilusión estar ahí. No me he preparado nada, pero desfilaré con lo que toque e intentaremos hacer de ese tiempo algo divertido, y que quede el recuerdo”, explicó ‘Rafa’ el viernes pasado.  

El español de 28 años llega a Río en una temporada que arrancó difícil, buscando aún recuperar su juego brillante tras una reciente lesión en la muñeca y una operación de apendicitis. “El carnaval no creo que afecte mi juego ni para bien ni para mal, es un evento que me hace ilusión, es una oportunidad”, advirtió.

Además de Nadal y Ferrer, parten como sembrados del torneo el también español Tommy Robredo, el italiano Fabio Fognini (26º), el argentino Leonardo Mayer (30º), el uruguayo Pablo Cuevas (32º), el colombiano Santiago Giraldo (33º) y el eslovaco Martin Klizan (38º).

Para todos, el principal rival a vencer será el calor. Río de Janeiro ha registrado uno de los veranos más calientes de los últimos años, con temperaturas que muchas veces superan los 40ºC. “Si no baja la temperatura tocará sufrir e intentar sobrevivir en la cancha”, pronosticó un preocupado Nadal.