El partido duró apenas 55 minutos
Kvitova: “No podía creer lo que estaba haciendo”
La checa Petra Kvitova, de 24 años, conquistó ayer su segundo Wimbledon al arrollar en la final a la canadiense Eugénie Bouchard, de 20, por 6-3 y 6-0, en tan solo 55 minutos. Fue la final femenina más breve en Wimbledon desde que la también checa, Martina Navratilova, ganó la final en 54 minutos en el torneo de 1983.
“Me decía a mí misma: ‘Dios mío, esto marcha bien, realmente soy capaz de correr y devolver todas las bolas que me llegan’. Algunos de mis tiros fueron increíbles”, relató la checa.
La campeona en el All England Club en 2011, que alcanzará el cuarto puesto del ranking en su próxima actualización, hizo valer su superioridad al servicio y derrotó a la joven canadiense, que disputaba su primera final de un torneo de Grand Slam y que entrará por primera vez en el ‘top 10’, en la séptima posición, eso sí habiendo encajado el marcador más duro y corto desde la final de 1992 que ganó la alemana Steffi Graf a la estadounidense Mónica Seles (6-2 y 6-1).
La de ayer fue la primera final en Wimbledon en la que se enfrentaban 2 jugadoras nacidas en la década de 1990, signo de la ineludible renovación que afronta el circuito femenino de tenis en el atardecer de la carrera de las hermanas estadounidenses Venus y Serena Williams.
Kvitova era la única de las 2 rivales que ya había estado en un partido de este nivel, si bien no había vuelto a pisar la última ronda de un Grand Slam desde que se coronó en Londres hace 3 años, en una final ante la rusa María Sharapova.
La canadiense no ha llegado a disputar los 4 grandes torneos de tenis en una misma temporada antes de su primera final.