Federer resucitó y Nadal cedió el número uno a Djokovic en 2014
La temporada tenística 2014 celebró la resurrección del legendario Roger Federer, coronada con la victoria en la Copa Davis, y vivió cómo Rafael Nadal, que logró Roland Garros en un año marcado por las lesiones, cedió el número uno mundial a Novak Djokovic, ganador en Wimbledon.
La lista de torneos del Grand Slam del año la completaron 2 invitados inesperados. En Australia se impuso el suizo Stanislas Wawrinka, que luego acompañó a Federer en la consecución de la primera Ensaladera para el país centroeuropeo, y en el Abierto de Estados Unidos el croata Marin Cilic rompió cualuier pronóstico y levantó el trofeo.
Nadal; entre lesiones, noveno Roland Garros
El tenista mallorquín afrontaba 2014 con el impulso de su espectacular segunda mitad de 2013, cuando resurgió tras superar una lesión en su rodilla que le mantuvo inactivo 8 meses (julio 2012-febrero 2013).
Pleno de forma y de confianza llegó en enero al Abierto de Australia, en el que caminó con paso firme hasta que un tirón en la espalda al comienzo del segundo set de la final ante Wawrinka le hizo entregar el título en bandeja.
A partir de entonces Nadal afrontó un bache físico y mental. Donde era invencible, la gira de tierra europea, se mostró vulnerable, superado por la presión y los rivales a los que antes masacraba en la tierra batida.
Pero llegó a su templo, Roland Garros, y según fueron pasando las rondas se fue encontrando mejor, hasta sellar su noveno título en una final memorable ante Djokovic, que acabó en una emotiva entrega de trofeos en la que los 2 grandes rivales terminaron llorando.
La segunda mitad del año fue de nuevo para olvidar. Una lesión en la muñeca en un entrenamiento veraniego y una apendicitis le dejaron fuera de la primera plana, entregando el número 1 a Djokovic.
El año 2015 lo afronta con la perspectiva del histórico décimo Roland Garros, siempre que las lesiones lo vuelvan a respetar.
Federer, familia numerosa y Copa Davis
Cuando pocos lo esperaban en la temporada en la que cumplió 33 años y en la que nació su segunda pareja de gemelos, Federer emergió en los principales escenarios con el juego seductor de siempre.
Insistiendo en algunos ajustes, el más destacado su apuesta por subir a la red y terminar los puntos lo antes posible -aportación de su técnico Stefan Edberg, uno de los grandes maestros de la volea-, Federer volvió a ser el mito viviente, venerado en todas las canchas del mundo, capaz de alcanzar uno de los pocos títulos que faltaba en su palmarés, la Copa Davis (en noviembre ante Francia en Lille).
El suizo concluyó su cargada temporada con 5 títulos (Dubai, Halle, Cincinnati, Shanghai y Basilea).
Además alcanzó la final de Wimbledon, su Grand Slam favorito, en la que perdió ante Djokovic en 5 sets en un partido que superó las 4 horas.
Wimbledon y el número 1 para Djokovic
En el año en el que se casó y tuvo su primer hijo, el serbio no perdió la buena costumbre de ganar algún torneo de Grand Slam, como ha hecho desde 2011. En esta ocasión sumó su segundo Wimbledon, tras el que logró en 2011, para alcanzar los 7 grandes en su palmarés.
En un año irregular, con inesperadas derrotas en Australia y Estados Unidos, además de en la final de Roland Garros, único Grand Slam que falta en su palmarés; Djokovic se exhibió en la parte final del año.
Demostró que es el indiscutible mejor tenista sobre superficie cubierta al alcanzar los 32 triunfos consecutivos (su última derrota en esta superficie fue en noviembre de 2012). Ganó el Masters de la ATP -Federer no disputó la final por lesión- y se convirtió así en el primer jugador que logra el título de Maestros en 3 años consecutivos, desde que lo hiciera el legendario Ivan Lendl entre 1985 y 1987.