El mexicano Guillermo Arriaga produce ‘Words with Gods’, la primera película de una saga de cuatro que abordarán los temas tabús de la humanidad. El filme reúne a los cineastas Héctor Babenco, Bahman Ghobadi, Amos Gitai, Álex de la Iglesia, Emir Kusturica, Mira Nair, Hideo Nakata, Warwick Thornton y Guillermo Arriaga.

El celebrado guionista mexicano de ‘Amores Perros’ y ‘Babel’ adelantó que cada director desarrollará su cortometraje acerca de una religión que conozca o profese. De esta manera, El español Álex de la Iglesia ha dirigido ‘The Confession’, una historia sobre el catolicismo situada en Madrid.

El israelí Amos Gitai ha creado ‘The book of Amos’, narrada en Jerusalén sobre el judaísmo. El director japonés Hideo Nakata ha contado una historia sobre el budismo en la zona golpeada por el tsunami en 2011, llamada Sufferings. El argentino Héctor Babenco ha trasladado su guion a Sao Paulo para contar la religión afrobrasileña en ‘The man that stole a duck’.

El compositor Peter Gabriel, es el responsable de la musicalización de la  apertura y cierre de la película; el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, se encargó de diseñar la estructura narrativa del filme.

Según Arriaga, la película  la hicieron “ tratando de ser lo más respetuosos de las religiones. La idea es acercar a los seres humanos. Hay temas que nos han divido, la religión nos ha dividido desafortunadamente.

Creo que la religión tiene que unirnos, tiene que ser un punto de encuentro, no un punto de lejanía. Lo que esta película busca es que sepamos que pensamos de manera distinta, pero eso no significa que no haya un entendimiento”,.

Mario Vargas Llosa determinó el orden en el que son presentados los cortometrajes, después de verlos y  de acuerdo al origen histórico de cada religión. El premio Nobel de Literatura, eligió el corto dirigido por Arriaga  llamado God’s blood que aborda el ateísmo y que tiene como protagonista al actor nominado al Óscar, Demián Bichir, para cerrar la producción.

Arriaga sostiene que para tratar un tema tan complejo como el de la religión en una película, era necesario que la musicalizara alguien que la entendiera como lo hace Peter Gabriel.