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El Telégrafo
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Viviana lanzó a la fama a Lucía Méndez

Viviana lanzó a la fama a Lucía Méndez
25 de junio de 2013 - 00:00

‘Viviana’ es una telenovela mexicana que se transmitió en 1978 por el Canal de las Estrellas (Televisa). Esta producción de Valentín Pimstein, basada en una historia original de Inés Rodena y una adaptación de Luis Reyes de la Maza, tiene como protagonistas a la entonces joven actriz Lucía Méndez, en su segundo papel protagónico, y a Héctor Bonilla, quien ya tenía tiempo en televisión.

Este melodrama lanzó a Lucía Méndez al estrellato y la convirtió en uno de los grandes rostros de aquella época. Esta telenovela cuenta los sufrimientos de una noble mujer que está casada con un bígamo sin saberlo y que lucha por recuperar su dignidad con otro hombre.

Parte del éxito de esta producción se debió a sus fuertes y atrevidas escenas, ya que fue la primera en mostrar secuencias de contenido sexual en la televisión mexicana. Dicho éxito se reflejó en la transmisión en idiomas como inglés, francés, italiano y portugués.

Historia

En un pueblo pesquero, Viviana (Lucía Méndez) es seducida por Jorge Armando (Héctor Bonilla). Él regresa a la ciudad y ella va en su búsqueda.

Él está comprometido con Gloria (Maricruz Olivier), una rica heredera, hija de don Anselmo (Claudio Brook), que ha prometido a Jorge Armando hacerlo su socio cuando se case con su hija. Para evitar problemas con su prometida, Jorge Armando esconde a Viviana en la casa de huéspedes de doña Beatriz (Rosa María Moreno), quien maneja en sociedad con doña Consuelo (Isabela Corona) una casa de citas, en la que tratan de involucrar a Viviana.

Después de muchas tribulaciones y conflictos con Jorge Armando y con Gloria, Viviana llega a trabajar como dama de compañía de la acaudalada anciana doña Angustias (Sara García) y conoce al nieto de esta, Julio (Juan Ferrara), con quien terminará casándose.

Anécdotas

Se dice que la reconocida Sara García ponía el toque de humor y alegría en todas las grabaciones de esta telenovela.

Crónicas de ese entonces señalan que García siempre hacía asustar a Lucía Méndez, quien prácticamente debutaba en la televisión, diciéndole que sus escenas eran flojas y que la iban a botar.

Sara García se la pasaba dando consejos y causando alborotos en los camerinos, escondiendo y poniendo apodos a las personas.

A Héctor Bonilla se lo involucró sentimentalmente con Lucía Méndez, a quien después del éxito de ese melodrama la contactaron para ser la portada de las revistas más prestigiosas de la época.

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