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¿Por qué hay una creciente inclinación por lo vintage y retro?

¿Por qué hay  una creciente inclinación por lo vintage y retro?
11 de agosto de 2019 - 00:00 - Redacción Cultura

El negocio de la nostalgia tiene un auge representativo en diversas manifestaciones artísticas. Una tendencia que atraviesa al mundo y es aprovechada por países de Latinoamérica en lo comercial.

Hace poco más de dos décadas este fenómeno social se hizo evidente en el campo de la música, el cine y la moda. Las palabras que resuenan en estos mercados son vintage, revival y retro.

La primera se refiere a las piezas reales que se remontan al pasado, tales como las bicicletas, adornos de hogar, accesorios de vestir u otros.

La connotación de revival se origina de un movimiento que intenta revalorizar estilos y modas clásicas y se aplica a la música, el cine y series digitales.

Mientras que el término  retro se relaciona con objetos y culturas que se emplean con la estética de otra época. El vinilo es uno de sus ejemplos.

Al respecto, un dato curioso lo reveló en 2017  BuzzAngle (empresa analista de la industria musical), cuando señaló que las ventas de discos en vinil se incrementaron 20,1%.

El diario Independent comparó este aumento de ventas con el auge que tuvo este formato en el 90.

“Los adelantos tecnológicos, la inmediatez y la celeridad imperantes potencian el consumo de productos nostálgicos en busca de una historia más pausada”, dice la publicista Íngrid Zapata al  diario La Vanguardia.

Esta colombiana sostiene que la población juvenil adopta modas por una profunda necesidad de adherencia y reconocimiento de referentes.

Un grupo que, a su juicio,   busca significados para darle sentido a un estilo de vida sujeto a los cambios tecnológicos y económicos.

Por otro lado, “El negocio de la nostalgia”, como lo titula diario El País en un reportaje, se dirige a los nacidos en los 80 y 90. Ellos quieren  rememorar su infancia y la industria del marketing   aprovecha su sentir.

El publicista argentino, Sebastián Codeseira, comenta que esta generación (que bordea los 35 a 45 años)   goza de otro poder adquisitivo y una calidad de vida distinta a la de sus padres.

“Lo retro refleja el sentimiento que algunas generaciones tienen hoy sobre una falta de propuestas fuertes para ellos desde el presente, por eso hay una vuelta atrás”, explica Codeseira a revista Expansión, de México.

El mexicano Fernando Velasco, analista de marketing, asegura que, a diferencia de los cuarentones, los de 50 años no tienen tanto interés en el pasado y los de 30 todavía se sienten jóvenes.

“Los de 40 años conforman el segmento más atractivo, aunque todavía falta más mercadotecnia retro: están realzando grupos musicales; asimismo, están repitiendo series televisivas”.

Como ejemplo está Stranger Things, serie de ficción de cine digital pensado para la familia de padres con hijos millennials.

Inspirada en la literatura de terror de Stephen King, la serie de Netflix repasa en sus escenas a los clásicos sobrenaurales del 80 y hace un tributo a películas como ET, Los Goonies, Encuentros cercanos del tercer tipo, Stand by me y otras más.

El sociólogo británico Frank Furedi describe esta nostalgia como un refugio seguro. “La creciente inclinación por la nostalgia entre los adultos es un síntoma de la profunda inseguridad que se siente hacia el futuro”.

Lo retro en Ecuador
Al igual que Furedi, el sociólogo guayaquileño Carlos Tutivén dice que los retornos al pasado son un síntoma de la crisis del futuro, y como la sociedad necesita estabilidad, apela a la memoria.

“Ecuador está atravesado por relaciones internacionales y los consumos culturales se ajustan a la globalidad”, argumenta Tutivén.

Pone como ejemplo la expansión de la Comic Con, que  tiene más llegada a audiencias de entre 35 a 50 años.

El evento está previsto del viernes 23 al domingo 25 de agosto, en el Centro de Convenciones de Guayaquil.

En cambio, Mundo retro, en los jardines del Malecón Simón Bolívar, es una muestra de momentos históricos, personajes y objetos de gran tamaño que se observan en un recorrido de 300 metros.

Al igual que esta, en Mall el Jardín de Quito hay otra, Íconos de la Cultura pop, que retrata a diversos personajes, instalada con el mismo concepto retro.

Las exposiciones seguirán  abiertas hasta septiembre.

En cuanto al producto cultural que más genera nostalgia en el país, Andrés Zerega, ingeniero en Marketing, menciona a la música.

Asegura que es la razón por la que se repiten los conciertos de extranjeros, como Chayanne, Marco Antonio Solis, Myriam Hernández, Ilegales y otros.

“Aquello es porque somos una región latinoamericana penetrada culturalmente y consumimos de otros países donde sus industrias culturales y creativas están en auge”.

El guionista Pedro Ortiz coincide con Zerega y toma como referente el retorno de Los Intrépidos a los escenarios.

Además, recalca series de televisión, como Mis adorables entenados y Vivos, que están colgadas en plataformas digitales.

“En YouTube tienen bastantes visitas y son los íconos de televisión que calaron en la mente de los ochenteros”, dice el actor.

Asegura que los hipsters en Ecuador (una subcultura de jóvenes de casi 30 años con gustos vintage), promueven la cultura de la nostalgia.

“Son los cultores de la música clásica y vintage que inician coleccionando carritos y terminan con vinilos”.

Ortiz piensa que la nostalgia está presente y sigue inflando los bolsillos de quienes hacen de estas emociones un negocio rentable. (I)

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