Es posible que Fabricio Gómez y Vinicio Flores no se conozcan. No obstante tienen en común su pasión por KISS, su banda desde la infancia y que verán esta noche en el Parque Bicentenario de Quito.
El primero de ellos reside en Guayaquil y afirma que nunca olvidará el 14 de abril de 2009.

“Cuando fue la gira por el aniversario 35 del disco ‘Alive!’, viví un sueño hecho realidad, uno que este martes cumplirá 6 años. En aquella ocasión yo no contaba con dinero suficiente para ir. Sabía que KISS estaba en Sudamérica y que tocaría en Lima. Aunque moría de ganas por verlos, no estaba en mis planes, hasta que un amigo me dijo:“Esta será la única vez que KISS esté tan cerca de nosotros, es ahora o quizás nunca”. Esa frase me marcó porque el hecho de que tocara en Perú es como si lo hiciera junto a mi casa. Así que decidí ir. Fue toda una aventura porque apenas había reunido unos 400 dólares.

Solo en la entrada se me iban como 300. Según la conversión de soles peruanos a dólares, eso costaban las más caras en esa época para estar lo más cerca posible. Me puse de acuerdo con unos 3 amigos. No importaba qué íbamos a comer, ni a dónde dormiríamos. Viajamos en bus y allá nos encontramos con otros dos amigos que habían llegado a Lima en avión”, cuenta Gómez.

Recuerda que el viaje fue una mala experiencia, pero reconoce que el show compensó cualquier sacrificio. “Fueron 24 horas seguidas de viaje, viendo desiertos en posición incómoda”, narra.

Gómez, ahora de 35 años de edad,  labora en una aseguradora desde hace más de una década. Rememora una anécdota durante el viaje: “Mis amigos que fueron en avión me dieron espacio en el hotel donde se hospedaban. Yo solo pagaba la diferencia. Uno que viajó conmigo se fue con otras personas. El otro no tenía a dónde dormir. Así que lo metíamos a escondidas en nuestra habitación. Aprovechaba los cambios de turno de la recepción para colarse hasta el día siguiente”.

Gómez relata que aquella vez se pintó el rostro con la mitad del maquillaje de Paul Stanley (Starhild)y la otra mitad de Gene Simmons (Demon).

Vinicio Flores vive en Quito y es el presidente del club de fans KISS Army Ecuador, que creó en 2008 cuando recién empezaba el ‘boom’ del Facebook. “Lo del club era algo que había pensado muchos años. Empecé a reunirme a convocar a gente, a través de un blog y del Hi5, que era la red social de entonces. Después los compañeros del club me eligieron presidente”, dice.

Flores está casado y tiene un hijo. Al igual que Gómez también ha visto a KISS en vivo. “Fue en 2010, en una ciudad cercana a Boston. Es una banda muy familiar porque se puede ver desde niños hasta los abuelos maquillados. A esos shows van familias enteras. Cuando los vi fue más de lo que imaginaba de ellos. Una cosa es verlos en los videos de DVD o el YouTube y otra muy distinta es estar en el concierto”, refiere el fan, quien se involucró con la banda desde que tenía 5 años de edad por influencia de sus tíos y un primo con quienes vivía.

Gómez también se sintió atraído por KISS a la misma edad que Flores. “Desde niño me gustaba ver los programas de videos que existían en la época como El Show de Bernard o Sintonizando, que eran para toda la familia y los daban temprano. Al final de uno de ellos me topé con uno de cuatro tipos maquillados. La escena se completaba con una familia donde el hijo se siente atraído por la banda. Se rompen tazas, se derriten teléfonos y más cosas que me impresionaron. Lo que estaba viendo era ‘I love it loud’. Esa fue la canción que me marcó. En el colegio escuchaba varios grupos de rock, pero decidí que KISS debía ser la banda que me identificara”, cuenta.

Cada uno guarda su colección privada de objetos relacionados con la banda. “Tengo unos muñecos que no son de colección porque me los confeccionó mi esposa cuando éramos enamorados. Otro de mis objetos preciados es una réplica exacta  de una guitarra negra que usó Paul Stanley en la gira Rock the Nation, de 2004”, refiere Flores, quien también tiene una batería electrónica, máscaras, discos y más.

Aunque Gómez es un fan de siempre del cuarteto neoyorquino. Recién hace pocos años empezó a coleccionar objetos de KISS, desde CD, vinilos, posters, muñecos, entre otras cosas.

“Lo más preciado es una camiseta original del tour Animalize, de 1984. Es una gris con mangas 3/4 como la que usan los beisbolistas. Lo otro es un muñeco de la primera serie de juguetes, de 1974. En Ecuador no es fácil conseguirlos como en otros lados, y son caros. Lo curioso es que yo lo adquirí en un dólar en un mercado de la ciudad”, sostiene Gómez, quien pidió vacaciones solo para ver a KISS, donde probablemente se tope con Vinicio Flores, aunque quizás no se conozcan. (F)

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