Una visita al Museo de la Ciudad es como hacer un viaje a través del tiempo
Caminar por los pasillos y salas del Museo de la Ciudad (MDC) es introducirse en un ambiente en el que se vive y se siente a personajes de nuestros antepasados. Un actor que interpreta a un doctrinero del año 1568 es quien describe a los asistentes el clima religioso que alguna vez fue parte de Quito, y así aparecen de a poco otros histriones que recrean distintas historias, entre ellos un recaudador de tributos, una investigadora, un estudiante del siglo XVIII y una telegrafista.
Es como emprender un viaje a través del tiempo, el cual comienza 11 siglos atrás, cuando nativos que vestían pieles vivían de la recolección y la caza. El museo recorre la vida cotidiana de los ciudadanos de esas épocas, a través de anécdotas, leyendas, tradicionales, gusto, sabores, vestidos e incluso fiestas.
Esta experiencia es parte de los recorridos teatralizados que se efectúan en el lugar, tal como se programó para ‘Una noche en el Museo’, actividad en la que participaron estudiantes de colegios de Quito, y cuya realización estaba prevista para ayer, por tercer año, como una antesala al Día Internacional de los Museos.
Esta celebración anual se lleva a cabo cada 18 de mayo, por disposición del Consejo Internacional de Museos (ICOM). “Para hoy se abrirá en un horario extendido, desde el mediodía hasta las 10 de la noche, sin interrupción y de manera gratuita. El último grupo ingresará a las nueve”, explica Andrea Moreno, coordinadora del establecimiento.
El Museo de la Ciudad se encuentra en la intersección de las calles García Moreno y Vicente Rocafuerte y ocupa la edificación civil más antigua de la ciudad, en donde funcionó durante varios años el hospital San Juan de Dios. Esta casona, ubicada en ese rincón típico llamado Arco de la Reina, cumple su cometido al haber sido renovada: representar la memoria viva de la ciudad.
Dicha construcción se levantó el 9 de marzo de 1565 para acoger al hospital de la Santa Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo. En el siglo XVII, este sanatorio se convirtió en el de San Juan de Dios, que atendió al público hasta 1974. El Municipio de Quito se encargó de su recuperación, y desde julio de 2008 alberga al Museo de la Ciudad.
Generalmente se atiende a los visitantes de de martes a domingo, de 09:30 a 17:30. El ingreso tiene un costo de 3 dólares para adultos, $ 2 para estudiantes, $ 1 para niños y tercera edad, discapacitados ingresan sin pagar. El último sábado de cada mes la entrada es gratuita.
El sitio es visitado anualmente por más de 60 mil personas, según comenta Moreno. “Hay días entre semana que tenemos gran afluencia de escuelas y colegios, llegan grupos numerosos, de 100 o 200 chicos. El fin de semana está más destinado al público familiar, así como para turistas nacionales y extranjeros. En el período de clases, los alumnos son quienes más acuden al lugar”, acota.
Libros de cánticos religiosos usados por monjes del siglo XVII son uno de los atractivos del museo, además de máquinas registradoras, cámaras fotográficas, ropa de París, inventos que llegan de Europa y un elegante carruaje negro que cuenta la vida en esos años en que la urbe se comenzaba a volver cosmopolita.
En el museo existe una iglesia interior, considerada una joya del barroco quiteño del siglo XVIII. Es utilizada en actos oficiales, conciertos, conferencias, eventos protocolarios y cenas de gala. En el claustro norte se destacan la pileta tallada en piedra y sus corredores rodeados por columnas ochavadas. Es el lugar ideal para almuerzos al aire libre y recepciones.
El claustro sur, del siglo XIX, es un sitio acogedor, con jardines que rodean la pileta y arcos de medio punto que embellecen sus corredores.
El patio tiene una hermosa vista a El Panecillo y al Paseo de la Avenida 24 de Mayo. Comprende 583 metros cuadrados, con capacidad para entre 200 y 300 personas, dependiendo del tipo de evento.
Cinco salas recrean los acontecimientos que precedieron a la formación de Quito actual. Allí se puede apreciar la evolución que ha vivido la ciudad desde el siglo XVI hasta el XIX.
La sala Quito muestra el juego entre la riqueza de un pasado milenario y la diversidad cultural actual. Mientras que las salas Siglo XVI, Siglo XVII, Siglo XVIII y Siglo XIX recrean las normas de comportamiento y costumbres, y los actos importantes de cada siglo.
El 23 de julio próximo el Museo cumplirá 15 años de inauguración, por ello desde ya se preparan distintas actividades y exposiciones para la celebración, que contará además con la apertura de un nuevo edificio administrativo de la Fundación Museos de la Ciudad, que se empezó a construir hace un año.
“Esperamos inaugurarlo en julio y realizamos este esfuerzo para liberar espacios en el museo. A más de oficinas, en el nuevo edificio habrá una cafetería, una plazoleta pequeña y tendrá un acceso desde la calle Morales al bulevar 24 de Mayo para invitar a los habitantes de este barrio a que ingresen al museo”, concluye Andrea Moreno.