Una ecuatoriana, en la piel de una guerrera en John Carter
Si bien para Disney la película John Carter representó su mayor fracaso en taquilla y recibir duras críticas, hubo quienes supieron sacarle provecho. Y ese fue el caso de la ecuatoriana Cristina Segovia, para quien el filme significó el inicio de su carrera como actriz, que por años había intentado, al ponerse en la piel de una de las doscientas guerreras que integran el ejército de la princesa Dejah Thoris de Helium, con quienes Carter se enfrentó a extrañas criaturas.
Al igual que los protagonistas, Cristina permaneció durante dos semanas bajo el inclemente calor del desierto Hanksville, en Utah, donde se realizaron las grabaciones de algunas escenas de la cinta. “Allí era imposible no respirar aire caliente. Incluso estuve a punto de desmayarme. Si no fuera por el actor que hace de malvado, Mark Strong, quien se portó atento al ir en busca de agua, eso me hubiera ocurrido”.
Es uno de los tantos recuerdos que le dejó su intervención en la producción, que más tarde llamó la atención de directores y productores de los cortometrajes Good luck Charlie, otra vez de Disney, en el que participó de pirata como extra; Kadabra closet, The Masonic map y el trabajo más reciente, Templar Nation, en el que dejó de ser extra para compartir reparto con Erik Estrada (de Chips, Patrulla motorizada y la telenovela Dos mujeres un camino), Richard Dutcher y el conocido actor de Hollywood Joseph James, que además fue el productor del filme... “Él apostó por mí”.
Cristina, quien visita el país, explica que en Templar Nation hace el papel de una apasionada y astuta arqueóloga que, junto a unos colegas y liderada por su profesor (Dutcher) y un especialista de armas medievales (James), descubre una tumba del siglo XIII en la que hallan un mapa que los lleva a una cueva con reliquias de los Caballeros Templarios. “esta es una cinta a lo Indiana Jones, llena de misterio y mucha acción”. Quizás por eso no resultará extraño verla repartir patadas a los ladrones que intentarán quitarle el tesoro que descubre, al estilo de Lara Croft.
Cuenta que convencer al director de que ella merecía el personaje no fue fácil. “Hubo muchas oposiciones por parte de él, le preocupaba mi acento.
No sabía cómo iban a tomarlo los americanos y si tal vez los atraería. Al contrario de lo que pensaba, a James le gustaba mi apariencia, sabía que haría un buen trabajo. Tenía una razón: dentro de la película iba a hablar de los nativos americanos, la abuela de mi personaje era nativa americana y se adecuaba con el papel”.
Finalmente, el personaje fue suyo. La actriz, nacida en Guayaquil hace 35 años, dice que su intervención en esta producción no solo le permitió desarrollar su carrera como actriz, sino también tener amistades con personas que llevan años en la industria, como Erik Estrada, de quien aprendió mucho.
“El tiempo que estuve con él tras cámaras hubo mucha química. Es un tremendo actor, no necesita dirección, es muy natural y sencillo. Tuve que ser como una esponja para absorber las cosas que me decía. Me daba sus tips, como ser positiva, que estudiara otros idiomas y si sabía inglés que lo perfeccionara, porque este me abriría otras puertas”.
Precisamente, ese ha sido el camino que Cristina recorre desde hace quince años, cuando decidió dejar Ecuador por ir en busca de su sueño.
“Siempre me gustó la actuación y en mi país no tuve la oportunidad de participar en alguna producción, solo hice algunos castings y ya después viajé a Estados Unidos, en donde empecé con varios pequeños cachuelos como comerciales, pero fue hace dos años que se concretó mi sueño de ser actriz con John Carter”. Una pasión que la trae de vuelta a su tierra para probar suerte y lograr ser parte de una película ecuatoriana.