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El Telégrafo
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Una cantante de pop que desciende de Frida Kahlo

Una cantante de pop que desciende de Frida Kahlo
25 de junio de 2011 - 00:00

Aunque hace dos años se desvinculó de RBD, la imagen de Dulce María todavía se asocia con esa banda de pop que surgió en la telenovela Rebelde como la versión mexicana de los argentinos Erreway. No obstante, pocos saben que Dulce María Espinosa Saviñón (su nombre completo) es descendiente de una de las mujeres más representativas del panorama cultural mundial en el siglo XX, la pintora mexicana Frida Kahlo.

De hecho, la cantante nacida el 6 de diciembre de 1985 sostiene que se identifica mucho con Frida, quien fue prima hermana de su abuela materna.

“Yo aprendo todos los días de ella, aprendo  que el arte es una manera de sanar los dolores. Ella sufrió mucho, pero usó el arte para sobrellevar ese dolor. Además, en su obra se cuenta muchísimo de la historia de México. Por eso yo siento que mis canciones también son una especie de mecanismo para sanar los dolores que vivo”, dice en los alrededores del hotel Marriott, de Quito, en el que se hospedó durante su vista para cantar en el festival Exa, firmar autógrafos en un centro comercial y promocionar su disco “Extranjera”.

Al hablar de Frida, la cantante baja la mirada y se muestra conmovida, pero orgullosa, mientras recuerda que su familia conserva un gran cuadro que ocupa un espacio especial en su hogar. Enseguida se incorpora y habla de sí misma, asegura que sus sufrimientos también son materia prima para componer. Sostiene que a través de sus letras y durante sus conciertos es capaz de sanar esos momentos de dolor que sobrevienen cuando compone ciertos temas.

“A mí me parece hermoso cuando veo a la gente durante mis conciertos coreando canciones que compuse mientras lloraba. Recuerdo que lloraba mientras escribía esas canciones, pero al momento del concierto la gente está feliz, canta y se va sanando”.

Según la artista, escribir es otra actividad que le permite descargar sus dolencias y a la vez aportar con reflexiones íntimas para los lectores. Esas ideas se plasmaron en el libro “Dulce amargo”.

“Es como si se tratara de  un diario. Quería recoger mis frases y convertirlas en  consejos, a partir de lo  que yo escribía.  A quienes creen que por ser una artista soy diferente y vivo de maravilla, les digo que no es así.  Yo también la paso mal, tengo malos ratos y el libro cuenta la historia de una mujer normal, como cualquier otra”.

Dulce María usa un tono casi infantil al hablar, pero a la vez muestra la seguridad de una persona que ha empezado una carrera artística muy  temprano.

Recuerda que tenía cinco años cuando dio sus primeros pasos en la actuación en Plaza Sésamo,  en comerciales  y telenovelas  como “Alondra” o “Locura de amor”.

Su primer papel protagónico  fue el de Marcela Mejía para “Clase 406”, que se mantuvo al aire entre julio de 2002 hasta octubre del año siguiente. Fue el antecedente para encarnar a Roberta Pardo en “Rebelde”.
Musicalmente sus inicios datan de 1996 cuando tenía 11 años. Allí integró Kids. Luego vino Jeans, una banda formada solamente por chicas y luego RBD. 

“RBD fue una gran experiencia. Pero bueno, todo sigue su marcha. Ahora me dedico más a componer. “Extranjera” es mi primer disco en solitario”, refiere mientras acaricia un mechón de su cabello caoba.

La suya ha sido  una carrera vertiginosa. Son 20 años seguidos de intenso trabajo, giras, fans, fotógrafos y rutinas sumamente exigentes. Su sencillo promocional del disco ‘Extranjera’, la canción Ingenua, ha sido difundido ya en varias radios de América Latina y, según su creadora, “mi canción habla más bien de algo que le puede pasar a alguien aunque tenga 70 años de edad, nos puede pasar a todos cuando nos creemos algo que no es más que un engaño”.

A pesar de haber incursionado desde muy niña en el campo del espectáculo, Dulce María no siente que haya perdido parte de su infancia. “Definitivamente, mi niñez no fue la más normal de la vida, pero a fin de cuentas esto ha sido mi vida y esta ha sido mi carrera, así que,  a final de cuentas, yo lo veo como algo normal porque así he vivido siempre. No conozco otra forma de vivir. Yo también jugaba como los demás niños pero también era una actriz”, recuerda.

La intérprete de “Ya no”, “Ingenua” e “Inevitable” actuó en el filme “Alguien ha visto a Lupita”, del cineasta chileno Gonzalo Justiniano. Se  trata de un proyecto que se estrenará en agosto próximo. Según ella, con esa película se cierra un paréntesis en cuanto a los dramatizados. Asegura que “Extranjera” es su prioridad.

El álbum, que tiene diez canciones y que contó con la producción de Carlos Lara, A.X.L, Sebastian Krys y Mario I. Contreras,  apareció el pasado 14 de agosto en el mercado.

Tras su primera visita a Ecuador, Dulce María iniciará una gira promocional en Dallas, San Francisco y otras ciudades estadounidenses, más su natal México, con el mismo recurso del que asegura haber asimilado de Frida Kahlo.

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