Nuevamente un filme del 2012 llega con retraso a las pantallas ecuatorianas de cine. Quizás sea el poco éxito comercial que ‘Cloud atlas’ (‘El atlas de las nubes’) tuvo el año pasado en Estados Unidos sea la razón, como si se tratara de un desecho para tener qué proyectar. Pero al descubrir esta producción es posible que el espectador tenga una concepción distinta.

Aunque detrás de la creación, que en Estados Unidos se estrenó el 26 de octubre pasado, hay nombres ilustres, al igual que en su reparto actoral con Tom Hanks, Halle Berry, Hugh Grant, Jim Sturgess y otros, la cinta recaudó 27 millones de dólares en su país de origen, que no justifican la inversión de 100 millones de dólares. Pero eso no significa que en Ecuador tenga una buena aceptación.

‘El atlas de las nubes’ es una adaptación que Tom Tykwer hace (en guion y dirección) del best seller homónimo escrito por David Mitchell en el 2004. Tykwer cuenta con la colaboración de los hermanos Andy y Lana (Larry, antes de su cambio de sexo) Wachowski, los mismos responsables de la saga ‘Matrix’.

Lo curioso es que el ‘tráiler’ (uno de casi seis minutos) engancha, aunque también confunde sobre qué mismo es lo que el espectador verá en el cine. Se percibe, desde ahí una historia muy enredada o quizás para unos no sea muy bien explotada como se supone que es la obra, y para otros sí está manejada acertadamente.

De hecho, páginas de Internet afirman que Tykwer y los Wachowski tuvieron problemas por la complejidad del guion y la extensión en sí de la película (172 minutos). Eso ya representaba un cierto inconveniente en cuanto a la comercialización de la cinta.

Durante el transcurso del filme muchos actores interpretan a muchos personajes (porque se relatan seis historias en épocas distintas), lo que requiere un proceso diferente de maquillaje, algo que muchos críticos cuestionaron, aunque al ver la cinta no parezca relevante porque la idea de sus directores es que los actores de sus personajes sean reconocibles.

Por eso no todo es sombra para esta producción. Así como el filme tiene detractores, también hay buenas críticas que apuestan más a la decisión de montar una obra ambiciosa por parte de Tykwer y los Wachowski.

Es un atractivo aquello que las seis historias sean paralelas (según la obra de Mitchell), pese a las opuestas ambientaciones con la premisa que “el amor, el nacimiento, desarrollo y la muerte” están conectadas entre sí a través del tiempo. Puede parecer compleja la película para unos y entendible para otros.

Esa percepción tiene que ver con que realmente está planteada de forma confusa -quizá voluntariamente, pero lo más probable es que los cineastas no encontraran una manera más creativa de adaptar el libro-, se viaja atrás y adelante en el tiempo -desde el siglo XIX al XXIII-, se utilizan a los mismos actores para encarnar a varios personajes, se plantean conceptos filosóficos y hasta espirituales.

Curiosamente el ‘tráiler’ avisa que el espectador saldrá con muchas inquietudes. Textualmente dice: “¿Somos realmente dueños de nuestras vidas? o “¿somos realmente libres o una nueva clase de esclavos”? Se trata de una cinta que requiere atención, paciencia y tiempo.

En ‘Una oración de Sonmi-451’, una de las seis historias de la trama, se nota la mano de los Wachowski. Sus secuencias ambientadas en 2144 irremediablemente recuerda a ‘Matrix’.

Es interesante ver un filme en el que los actores principales interpretan una multiplicidad de personajes. Más bien es un reto, como si se tratara de una obra teatral, que merece atención y desprenda al espectador de las cada vez más frecuentes historias cargadas de explosiones (a veces innecesarias) o comedias y dramas cada vez más crudos.