Un espacio entre lo real y la fantasía se muestra en el Museo de Arte Precolombino Casa del Albado
Una de las construcciones civiles más antiguas del país, se comenzó a remodelar hace cuatro años, para convertirse en lo que hoy es la Casa del Alabado, un museo de arte precolombino que está ubicada en la Calle Cuenca, entre Bolívar y Rocafuerte, en el Centro Histórico de Quito. Su nombre deriva del dintel de la puerta de entrada que reza ‘Alabado sea el santísimo. Acabose esta portada a 1 de julio de 1671 años’.
La Casa del Alabado es una edificación mixta de adobe, piedra y madera, de dos plantas, con amplios espacios internos y tres patios: uno principal adornado por una imponente balaustrada del siglo diecinueve, un segundo patio cobijado por un Pumamaqui, árbol sagrado en el pensamiento indígena andino y un tercero, el pequeño patio de meditación, decorado por una centenaria higuera.
La Fundación Tolita fue la que decidió comprar esta vivienda antigua. Su restauración estuvo a cargo del arquitecto Luis López, especialista en arquitectura histórica quien a partir del análisis testamentario del inmueble devolvió su original estructura respetando todos y cada uno de sus materiales, adaptando tecnologías contemporáneas para su nueva función como museo.
Este proyecto partió de la iniciativa de varias familias que decidieron unirse a la Fundación Tolita, para donar las piezas coleccionadas y crear un museo. El objetivo es que a través de su exhibición, el público ecuatoriano y extranjero pueda conocer más sobre la cultura La Tolita, la cual se asentó al norte de lo que hoy es Esmeraldas desde la desembocadura del Río Esmeraldas hasta la bahía de Buenaventura en Colombia. Es llamada La Tolita por la isla que se encuentra al norte Esmeraldas, que es bordeada por dos ríos: el río Cayapas y el río Santiago muy ceca de Tumaco (Colombia).
La colección total incluye objetos procedentes de todas las culturas precolombinas de lo que es hoy el Ecuador. Cuenta con aproximadamente 5 mil piezas elaboradas en varios materiales: cerámica, piedra, madera, metal, concha y hueso; de las cuales se escogieron 500 para ser exhibidas de forma permanente o temporal en el Museo. Los coleccionistas eligieron a estas piezas por su valor estético y artístico.
“El concepto de Museo trata de exaltar la belleza y la habilidad artística de estas sociedades precolombinas. Por eso se han seleccionado las piezas que tienen una gran calidad artística, y mostrar la habilidad de esta sociedad aborigen para plasmar en piedra, cerámica y metales toda la belleza de la naturaleza y la humanidad”, manifestó Fernando Arteaga, asistente de dirección del Museo.
Para el montaje y exhibición de la colección el artista y restaurador de metales Francis Galarza, diseñó y elaboró los soportes y dispositivos de sujeción de las piezas dentro de las vitrinas. Dichos soportes, elaborados en acero quirúrgico, abstraen la forma específica de la pieza y se disponen dentro de la vitrina de tal manera que la sujetan sin que el visitante logre percibirlos.
Para contribuir con el desarrollo del diseño ecuatoriano, y apoyar a su vez a los artesanos y sus técnicas tradicionales de trabajo; el Museo cuenta con una tienda que ofrece una amplia línea de productos textiles, joyas, cerámica, juguetes, comestibles y papelería.
El Museo se compone de 14 salas, distribuidas en un área de tres plantas. El servicio que ha prestado este lugar desde hace dos años, le mereció hace pocos meses ganar el certificado de excelencia, concedido por el portal de turismo Tripadvisor, en merito de haber logrado una puntuación de 5.0 otorgada por viajeros y turistas usuarios de dicho portal.
Recorrido por el Museo
La sociedades antiguas, como Machalilla, Valdivia y Chorrera tenían la creencia que el cosmos estaba dividido en tres mundos: el inframundo, el mundo del medio y el supramundo. Las características principales de estos tres mundos son los que se muestran al público durante el recorrido.
El paseo inicia en el inframundo, que es el mundo de los muertos. Se representa con un espacio frío, oscuro y laberíntico. La colección del Museo incluye retratos de seres considerados muy sabios con cabeza y ojos grandes, elaborados en cerámica.
El segundo espacio es el mundo del medio, que representa al lugar donde conviven los seres humanos, las plantas y los animales. Las piezas, elaboradas en piedra, metal y oro, representan las labores a las que se dedicaban, como a cazar frutos, la agricultura, alfareros, comerciantes, y otros oficios.
Para referirse al supramundo, se muestran figuras de chamanes, y otros personajes que tomaban agua de plantas con efectos alucinógenos, como la ayahuasca, para llegar al supramundo.