Una de las canciones nacionales más reconocidas por los ecuatorianos por su poesía y sentimiento es Vasija de barro, escrita por Jorge Carrera Andrade (poeta), Hugo Alemán (poeta), Jaime Valencia (pintor) y Jorge Enrique Adoum (poeta), con música de Gonzalo Benítez - Luis Alberto Valencia.

Sin embargo, ese nombre adquiere otro significado en las escalinatas del cerro Santa Ana de Guayaquil. Vasija de barro es uno de los bares más concurridos de la ciudad y goza de popularidad en los amantes de la diversión nocturna.

Ubicado en el escalón 123, junto a la plazoleta que tiene una pileta a la entrada, este bar alberga a 150 personas los días jueves, viernes y sábados, donde oficinistas, banqueros, estudiantes universitarios y turistas extranjeros comparten momentos únicos, mientras la brisa del río Guayas los abraza.

Este lugar rústico, con mesas y sillas elaboradas de caña guadua oscura, ofrece a sus visitantes música de trova, aunque ya entrada la medianoche la salsa, el merengue, reggaeton y el pop, no dejan a nadie sentado.

En un rincón del bar, en la zona de los balcones, se encontraban Juan Carlos Centeno y su prima María González Centeno, quienes estaban “poniéndose al día” con los últimos acontecimientos familiares, ya que no habían tenido la oportunidad de hablar “en años”.

Esta era la primera vez que estos primos visitaban el lugar juntos, ya que anteriormente lo habían hecho por su cuenta en compañía de amigos y compañeros de trabajo. “Es un lugar agradable y el hecho de tener una zona al aire libre y bajo una cubierta decorada con hierro verde, como los parques de Guayaquil, es agradable a la vista”, comentó María, de 28 años, quien se dedica a la comercialización de cosméticos.

Mientras que a Juan Carlos le gusta la selecta melodía que ponen antes de las canciones de Silvio Rodríguez, Piero,  Alberto Cortez, entre otros. “No a todos les gusta esta música. A mí me fascina y siempre los he seguido desde que estaba en el colegio. Con un par de panas del banco (empresa en la que trabaja) venimos a tomarnos unas cervezas y escuchar a los maestros”, dijo.

Igual criterio comparte Nuria Guadamud, quien es una cliente frecuente de este espacio, porque más allá de la música que disfruta escuchar y bailar, “el ambiente es totalmente agradable porque no viene cualquier persona. Aquí vemos a gente de bien y no personas que podríamos pensar que al final de la noche se van a agarrar a golpes”, comentó.

En la primera mesa del bar se encontraban María Gabriela Heredia, quien compartía con un grupo de compañeros del trabajo una noche amena y divertida. “Estábamos recorriendo el cerro y los lugares turísticos de la zona y para refrescarnos de tanta caminata venimos a Vasija de barro porque es uno de los mejores lugares del sector. La vista al río es impresionante”, agregó.

Esta empresaria resaltó la importancia de que los guayaquileños y todos los que viven en esta ciudad regresen a sus raíces y orígenes, mientras se distraen con música. “Este sector es uno de los más representativos de la ciudad. El cerro no solo es diversión y vida nocturna. En cada rincón de él existe una historia y es chévere tener todo esto en un mismo lugar”, señaló.

En medio del bar y disfrutando de unas cervezas bien heladas estaban los mexicanos Maripaz Pérez, José Luis Velasco y Beatriz Correa, quienes visitan la ciudad por negocios. “Es la primera vez que venimos al cerro y nos parece un lugar súper agradable y divertido porque más allá de la historia y la cultura está la diversión. Este bar nos llamó la atención por el nombre y su decoración. Es romántico y clásico al mismo tiempo”, comentó Maripaz Pérez, quien se dedica al negocio agroindustrial.

Mientras que para Velasco la gran variedad de cocteles que ofrece este establecimiento le llamó la atención. “Vi la carta y hay más de 20 cocteles que ofrecen todos los centros de diversión famosos en Estados Unidos. Eso es chévere porque vemos que aquí todo es de primer nivel”, recalcó.

Y es que Vasija de barro tiene para su clientela tequila, margarita, saltamonte, cuba libre, apple martini, martini seco, entre otros, a precios estándares. No tienen consumo mínimo. Este establecimiento atiende de miércoles y jueves desde las 18:00 hasta las 24:00, mientras que los viernes y sábado desde las 18:00 hasta las 02:00.