Tres accesos fueron habilitados para el ingreso al concierto de Metallica
Con relativa normalidad se llevó a cabo el ingreso de miles de asistentes para disfrutar del concierto del grupo Metallica, que se lleva a cabo en el Parque Bicentenario, ubicado al norte de Quito.
La paciencia de miles de fanáticos que se agolparon a un costado de la Avenida Amazonas (desde el ingreso del espacio verde hasta la calle Topo) vieron por fin recompensada su espera, cuando escucharon a los gendarmes llamarles para el ingreso.
"Todo valió la pena. Al fin veré de cerca a uno de mis grupos favoritos", comentó entusiasmado Edwin Salamanca, quien vino desde Ibarra (Imbabura) para disfrutar del repertorio de la agrupación norteamericana.
Edwin contó que no esperaba que viniera de nuevo la banda. El joven, que se dedica a auditoría, contó que no pudo asistir al espectáculo que se ofreció en 2014. "Esta es la vencida. Después de ver a Metallica podré morir en paz", comentó el admirador.
Jorge Chimbo (39 años), seguidor de la agrupación desde los 17 años, criticó la organización del evento. Aseguró que en el concierto anterior, la gente avanzó más rápido y organizadamente.
"He esperado más de lo 14 horas y la Policía no nos organiza bien", expresó.
La fila fue tan larga que llegó hasta la calle Isaac Albéniz. Para agilizar el acceso, alrededor de las 19:00 se avisó a través de altavoces que se habilitaron otras 2 filas al costado izquierdo del primer ingreso. La novedad fue tan sorpresiva que cientos de personas se agolparon y tuvieron que intervenir 10 agentes para organizar la nueva columna.
Ahí también fue punto para que los vendedores comerciantes hagan su "navidad". Lucía Tapia, vendedora de artesanías, aseguró que vendió las 60 pañoletas.
Similar expectativa manifestaron los informales que se concentraron en la calle Palora, en donde se ofrecieron desde recuerdos de la banda (camisetas, pulseras, discos, botones, llaveros, etc.) hasta comida chatarra y bebidas gaseosas.
Los artistas también quedaron con buenas ganancias. Algunos fueron disfrazados de personajes televisivos como Robocop y cobraban por dejarse tomar un selfie, para el recuerdo. Otros pintaron los rostros con el logotipo de Metallica.
Sergio Quimbita llevó 3 pinceles y una caja de acuarelas. Por cada logo cobró $ 0.50.
Los controles también contemplaron para evitar el ingreso de drogas. Por ello, el Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC), cumplió con un barrido (inspección) en los escenarios, los camerinos, la plataforma del concierto y los exteriores.
Para esto se contó con un jefe de operaciones, 5 oficiales subalternos, 10 señores clases y policías y 16 canes policiales, sin que se reportara ninguna novedad.
Además, un carro anti-motines recorrió los exteriores para advertir que las personas que lleven alcohol o que se encuentren en estado etílico no podrán ingresar al espectáculo público. Y recordaron que el evento es judicializado. Es decir, que en caso de que una persona sea detenida antes o durante el concierto será procesada bajo una figura penal.
Cada fanático tuvo que cumplir con varios requisitos para entrar. Primero debía permitir que se revisara su mochila y ser chequeado por un agente para evitar el ingreso de licor o de otros artículos. Tampoco se permitió el paso a menores de edad, a menos de que llegaran con sus padres.
Para César Peña, la medida fue demasiado, aunque reconoció que fue necesaria. A él le quitaron una pequeña botella de 'punta' y le quitaron el cinturón que tenía filos de metal. "Sino les daba no me dejaban pasar", dijo resignado.
Una hora después de que empezó el ingreso de los fanáticos, personal municipal de limpieza empezó a retirar los escombros, que en su mayoría fueron botellas de plástico.
A las 18:45, un continente de la Policía Nacional motorizada se concentró en los alrededores para evacuar a las personas que se encontraban libando o que no iban a entrar al concierto. Todo esto "para evitar desmanes", indicaron los agentes a cargo.
Hasta las 19:15 no se reportaron desmanes. Pero si hubo incautaciones de botellas de licor que se encontraron en bebidas gaseosas, así como decenas de cinturones y varios objetos corto punzantes. (I)