A casi tres semanas de la muerte de Philip Seymour Hoffman, los medios de Estados Unidos difundieron el contenido de un testamento que el actor redactó en el 2004.

En el documento se nombra como principal heredera y beneficiaria de su patrimonio, valuado en casi 35 millones de dólares, a Mimmi O’ Donnell (foto), ex pareja del actor y quien le pidió a Hoffman que abandonara el hogar hasta controlar sus adicciones.  

También fijó un fideicomiso para Cooper (11), el  hijo mayor de la pareja, al que podrá tener acceso cuando cumpla los 25 años.

El intérprete de Capote y O’Donnell, que se conocieron en 1999,  también tienen dos hijas pequeñas, Tallulah (7) y Willa (5), pero no son mencionadas en el testamento porque no habían nacido en el momento de redactar la herencia.

Preocupado por la educación de su hijo, en el testamento presentado ante un tribunal de Manhattan, el artista estadounidense también expresó el deseo de que Cooper “se críe en Nueva York, Chicago o San Francisco” para que estuviera “expuesto a la cultura, el arte y la arquitectura que estas ciudades ofrecen”.

El pedido está en una sección que aplica solo si O’Donell no estuviera viva en el momento de su muerte.