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El Telégrafo
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Tensiones y carcajadas se disfrutan en la ‘carpa’ del Circo Estatal de Rusia en Guayaquil

Tensiones y carcajadas se disfrutan en la ‘carpa’ del  Circo Estatal de Rusia en Guayaquil
17 de junio de 2013 - 00:00

El coliseo del colegio San José La Salle, que alberga a miles de jóvenes deportistas en diferentes competencias y torneos de básquet, en estos días se convirtió en un circo improvisado.

Y aunque no lo recubre la enorme carpa multicolor, típica de un circo, este recinto brinda todas las facilidades para que más de 30 artistas rusos deleiten al público guayaquileño con diferentes actividades lúdicas que roban sonrisas y carcajadas a grandes y chicos.

Esto como parte de la gira que el elenco del Circo Estatal de Rusia realiza en el país, tras su paso por algunas ciudades y pueblos del Austro ecuatoriano.

La última vez que esta compañía circense, considerada una de las mejores del mundo, visitó Guayaquil fue hace treinta años, pero siguen conservando el mismo humor de siempre y no necesitan recurrir a las bromas en doble sentido ni palabras soeces como suele ocurrir en algunas carpas que visitan o se instalan en la ciudad en los meses de julio y octubre.

Más bien en el circo ruso sucede todo lo contrario. Aquí la inocencia no se pierde y las miradas del público se mantienen cautivas ante los diferentes actos acrobáticos de los artistas en escena.

Desde que empieza la función, que dura dos horas, ya se vive una fiesta multicolor en donde un grupo de hombres y mujeres, ataviados en coloridas mayas ajustadas, recorren el escenario formando un arcoíris dándole la bienvenida al público.

Punto seguido comienzan, uno a uno, los dieciséis actos que conforman este espectáculo cargado de magia, acrobacia, diversión y adrenalina.

Entre los actos más relevantes está el que efectúa una menuda artista, quien deja sorprendidos a los asistentes con su destreza para desplazarse de un lado al otro colgada de una cuerda, a la que se sujeta, en ocasiones, con una sola mano.

En medio de esta acrobacia es evidente la reacción de los asistentes, quienes en ocasiones guardan completo silencio para no desconcentrar a la acróbata y en otras se sobresaltan cuando ella realiza una pirueta riesgosa.

Para bajar un poco la tensión aparece en medio del recinto un hombre muy delgado y alto con un pequeño saquillo que deja en el suelo, y del que sale un niño de grandes ojos celestes y dueño de una pícara sonrisa.

Ambos comienzan a debatirse en un pequeño duelo de movimientos acrobáticos que deja al infante girando por el aire ante los aplausos de los espectadores.

Los payasos no pueden faltar en esta cita. Son los primeros en interactuar con el público ‘matándolo’ de risa con sus alocadas discusiones, enfrentamientos y torpezas.

Los actos de malabarismos y de magia también se hacen presente en el circo ruso, como el de la mujer que cambia de vestuario tantas veces en un pestañeo.

Uno de los momentos más cargados de tensión es el que desarrolla una mujer que sube por una escalera sujetada a un largo tubo de acero que está apoyado sobre la frente de un acróbata. Este no es un acto de ilusión, más bien un acto que solo se consigue con años de entrenamiento.

Más adelante aparecen otros rusos a hacer gala de sus destrezas para formar figuras y formas con los ‘ula ula’ y con una lluvia de bumerán que parecen que van a caer sobre las cabezas de los asistentes. Lo cual nunca ocurre.

También aparece el hombre “más gordo” del mundo, quien logra alzar una enorme pesa y después baila y salta recorriendo todo el escenario acompañado de las palmadas de los espectadores.

Por supuesto también hay otros actos en los que el público pasa al escenario, invitado por los payasos, para hacer una que otras mímicas robando carcajadas.

Lo cierto es que en el circo ruso la alegría y la diversión se unen para  entretener a un variado público que sale con una sonrisa en los labios.

Las entradas están a la venta en los módulos de Ecuticket, de Casa Tosi Policentro, centro y Mall del Sur. Además bajo pedido en restaurante El aguacate, de Urdesa y la vía a Samborondón. También en las ventanillas del coliseo.

Las localidades cuestan $ 50 (black box) 35 dólares (golden box) 25 (VIP) y 15 (preferencia). Las funciones se desarrollarán a las 20:00 desde hoy hasta el miércoles 19.

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