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El Telégrafo
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Stefanía Camacho utilizará la TV para incursionar en la política

Stefanía Camacho utilizará la TV para incursionar en la política
02 de octubre de 2013 - 00:00

Hace un mes, la pantalla de TC Mi Canal tiene un nuevo rostro. Se trata de Stefanía Camacho, la presentadora del segmento ‘De boca en boca’, quien ofrece a los televidentes los últimos acontecimientos de la farándula nacional e internacional.

El carisma que demuestra frente al televisor, su amplia sonrisa y lo suave de su voz la han convertido en un referente matutino.

Sus primeras apariciones públicas se dieron, en julio pasado, cuando competía por la corona del Miss Mundo Ecuador, certamen en el que quedó en el grupo de finalistas.

A este concurso llegó motivada por el servicio social que le fue inculcado por sus padres desde que era colegiala en su natal Caluma, cantón ubicado a 62 kilómetros de Guaranda, provincia de Bolívar.

Asegura que fue una niña muy tranquila y soñadora que quería conquistar el mundo con sus ideas,  pensamientos y creatividad.

Para alcanzar sus objetivos tuvo que emigrar a la ciudad de Ambato, donde estudió Diseño Gráfico, actividad que desempeñó en una reconocida empresa de la capital tungurahuense, a la que viajó porque en Caluma no había dicha carrera en los centros de estudios superiores.

A la par, aprovechó su buen estado físico para realizar trabajos esporádicos como modelo. Al poco tiempo se dio cuenta de que esta actividad era rentable y que podría sacarle provecho para ayudar a los necesitados.

De esta manera se animó a realizar el casting para participar en el concurso de belleza, convirtiéndose en la única representante de su provincia. “Desde niña siempre quise participar en un reinado de belleza porque llevar una corona te abre las puertas para ayudar a los demás y de esta manera servir al Ecuador”, dijo.

Y eso fue lo que precisamente ocurrió con Stefanía, porque, al quedar en el grupo de finalistas, se hizo acreedora de un contrato por un año para trabajar en el canal oficial del certamen.

Inmediatamente comenzó su preparación para aparecer en pantalla. Tomó clases de dicción, etiqueta y cuidado personal. Aún le faltan muchas cosas que “pulir”, pero está creciendo a pasos agigantados. Disfruta de la popularidad que ha ganado en pocas semanas y se ha fijado nuevas metas.

¿Tenía expectativa de ganar ese premio?
No. De hecho, nadie sabía nada que existía este premio porque al parecer lo decidieron en los últimos días del certamen. A mitad del concurso nos hicieron un casting a todas las chicas para ver nuestro desenvolvimiento frente a las cámaras. Después nos volvieron a hacer otro, pero nos advirtieron que tenía que ser más profesional como si estuviera al aire en esos momentos.

Cuando anunciaron el premio, ¿qué fue lo primero que se le vino a la mente?
La verdad que el estar entre las cinco más guapas del concurso era más que suficiente. Evidentemente  tenía la esperanza de ganar, pero estoy satisfecha con el resultado y qué mejor si me han dado la oportunidad de trabajar en televisión.

¿Pensó que algún día incursionaría en la pantalla chica?
No. Siempre he tenido otros sueños y aspiraciones, pero estoy aprovechando la oportunidad que me dieron. Además esta faceta se ha convertido en la antesala de lo que vendrá más adelante en mi vida.

¿Ya no quiere ser Presidenta de la República como nos lo contó cuando era candidata?
Sí, aún lo pienso. Estar en la televisión es muy bueno porque me da a conocer a nivel nacional. También hay que educarse y prepararse. Por eso, el próximo año comenzaré mis estudios en Periodismo y después Ciencias Políticas. La televisión me ayuda a formar parte de la vida pública del país.

¿De dónde nace ese deseo de ser presidenta?
Es de vocación. Mi abuela fue concejala del cantón Caluma y ella me involucró en la política desde pequeña. Cuando tenía 12 años  fui alcaldesa de los niños de mi cantón e hicimos muchas cosas por los demás.

¿Qué es lo que más recuerda de su mandato como alcaldesa de los niños?
Acompañar a mi abuelita era lo mejor. Ella era amiga de los ciudadanos y atendía hasta los detalles más sencillos de su pueblo. Visitaba escuelas y colegios y analizaba la situación para ayudar. Yo la acompañaba a todas esas actividades. Me di cuenta de la realidad social desde muy pequeña y sé que aún falta mucho por hacer.

¿Cuál es su apreciación del panorama político nacional?
Creo que este país está avanzando. Se están haciendo cosas muy buenas y hay oportunidades para todos. Ya no es exclusivo de un solo sector.

¿Ya se acostumbró a su vida en Guayaquil?  
Sí, porque de Caluma a Ambato hay cinco horas y de Caluma a Guayaquil hay dos horas. Los fines de semana voy a visitar a mi familia y amigos. Es más rápido.

¿Qué le dicen en Caluma cuando la ven por la calle?
¡Uy, no te imaginas! La gente está feliz de que una calumeña esté en la televisión porque es la primera vez que ocurre. Me ven y dicen cosas bonitas. De hecho cuando llegué después del reinado hicieron una fiesta en toda la ciudad.

¿Cómo lidia con la popularidad?
Al principio me daba como vergüenza. Aún me cuesta un poco acostumbrarme, pero lo acepto muy bien. Hay que ser gratos con la gente que se te acerca a saludarte o tomarse una foto porque quiere decir que lo que hago les gusta. Además de eso se trata. Ser un referente para ellos.

¿En qué aspectos ha cambiado su vida desde el reinado?
Más allá de vivir ahora en Guayaquil y estar en la televisión, me doy cuenta que estoy madurando como persona y como profesional. Ahora todo lo que hago y digo tiene que ser de manera responsable porque hay otras personas que me están observando y me guste o no, soy como una especie de ejemplo a seguir. Evidentemente soy humana y me puedo equivocar, pero por ahora estoy absorbiendo toda la información a la que tengo acceso.

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