La cantante colombiana Shakira aseguró el lunes pasado que su padre es su “debilidad”, durante la presentación en Barcelona del libro ‘Al viento y al azar’, de su progenitor, el escritor y periodista William Mebarak Chadid.

Vestida de negro, con un amplio blusón de gasa bordado, ajustados pantalones y unas botas con plataforma y tacones dorados, Shakira ha acaparado los flashes de todos los fotógrafos al entrar al lado de su pareja, Gerard Piqué, el jugador del FC Barcelona, ataviado con camisa tejana gris y camiseta a juego.

Shakira, quien espera a su primer hijo para el primer trimestre de este año, subió al estrado al acabar la presentación, donde aseguró que su padre es su “debilidad”. “En Barranquilla mi papá no es el padre de Shakira, sino que yo soy la hija de William y es el mejor padre que la vida me pudo regalar. Mi piedra angular, mi mejor amigo, no solo en mi carrera sino en mi vida”, dijo.

Sobre su inminente maternidad, la cantante subrayó que esta es la única discusión que mantiene con su padre, porque él está muy preocupado por el mundo al que llegará.

“Pero como yo no puedo predecir si mi hijo vendrá con más ventajas o más cargas a este mundo y me encuentro en el umbral de la maternidad, espero que tenga el ejemplo de su abuelo, con el que tiene mucho que compartir, porque mi padre es una persona que siempre ayuda a resolver los pequeños conflictos, y por eso estoy muy orgullosa de él”, recalcó.

Shakira respondió así a su padre, estadounidense de origen libanés, que poco antes la había alabado por su “capacidad para luchar en la vida y salvar los escollos de su carrera, que no es nada fácil”. “La vida de Shakira está llena de tropiezos que ha sabido sortear, y ahí está su capacidad de lucha y su gran tesón”, añadió Mebarak ante los aplausos del público.

La cantante asistió acompañada también de su madre Nidia Ripoll y su hermano Tonino y de los padres de Piqué, Joan Piqué y Montserrat Bernabéu, junto a la presidenta de la Fundación Pies Descalzos, que preside la cantante colombiana.

Shakira siempre ha confesado que, de niña, comenzó a escribir sus primeras canciones para imitar a su padre en las largas jornadas en las que él permanecía sentado frente a su máquina de escribir.

La cantante colombiana expresa en el prólogo todo el amor que siente hacia su padre y el honor que supone para ella esta obra, en la que su progenitor deja entrever su “alma de poeta y cuentista”, con una recopilación de recuerdos, artículos, poemas y pensamientos.

Además asegura que al leer la obra se sintió conquistada por “la rebeldía en algunos de sus textos, la anarquía de la estructura y, más aún, la honestidad brutal de las páginas”.

La intérprete confiesa que se aventuró en la corrección del libro durante las noches de su gira por México, en la que, provista de un cómodo pijama y una taza de café, hojeaba las páginas y, de golpe, se encontró con que tuvo “la osadía de manipular, suprimir o cambiar la secuencia de algunos textos, con la  total confianza de su padre”.