Sargeant Beats encontró su Liverpool caliente, Guayaquil
Cuando suben a un escenario Brian Valle, Johnny Quintana, Jerry Abatte y Alfredo Espinoza pierden sus nombres para convertirse en John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, respectivamente.
Atrás queda su pinta informal para adoptar una más bien retro, al peinarse igual que los “fabulosos cuatro”, usar las botas y chaquetas de color caqui al estilo Shea Stadium -sus botones llegaban hasta el cuello-, que hicieron famosos en sus presentaciones. Pero sobre todo utilizar la misma marca de los instrumentos, como el bajo Hofner Icon de McCartney o la guitarra Rickenbacker de Lennon.
Se trata de la agrupación Sargeant Beats, que surgió hace tres años como una iniciativa de sus fanáticos para revivir el viejo sonido que hizo tan famoso a The Beatles.
Para lograr aquello uno de sus guitarristas, Abatte, quien emula a Harrison, cuenta que adquirieron amplificadores de esa época, buscando ser lo más exacto con los sonidos. “Tocamos como se hacía en aquel entonces, de la guitarra al amplificador. No usamos efectos, intentamos recobrar el sonido analógico. Lo mismo hicimos con los instrumentos que hemos conseguido en tiendas del exterior, los mandamos a pedir... En mi caso, tengo una guitarra de la marca Epiphone Casino usada”.
De hecho, cuentan con un estudio al que bautizaron como Abbey Road.
Abatte recuerda que aunque desde chico escucha a The Beatles fue en 2005 que se interesó por la agrupación, cuando vio en YouTube el video de A hard days night y quedó atrapado por el look de Harrison. “Decidí que en Ecuador debía tener un grupo que recordara esa época. Publiqué un anuncio en Internet en el que pedía a músicos a quienes les gustara el grupo y formar la banda”.
Brian Valle, quien desde los 4 años escucha los LP del grupo que ponía su papá, dice que no ha dejado de consumir su música. “Yo era de esos niños que no pedían juguetes para su cumpleaños, sino un disco de la banda, después me interesé por tocar la guitarra y ese fue otro de mis regalos. Por eso no dudé en aceptar cuando me propusieron ser parte de este grupo para revivir sus temas que por tanto tiempo he escuchado”.
Una muestra de ello se verá hoy en la clausura de la Semana de The Beatles, que se realizará en la Biblioteca Municipal, en la que también tocarán las bandas The Threetles y Macca Band, desde la 13:00.
Mauricio Moyano, quien fue el mentalizador de la exhibición que se concretó con ayuda del Cómic Club de Guayaquil, asegura que su realización se dio con motivo del festejo de los 50 años del lanzamiento del tema Love me do y de la integración de Ringo Starr.
Como fiel fanático de The Beatles dice que el país no se podía quedar fuera del festejo. Moyano recuerda que empezó a preguntarse quiénes eran ellos después de conocer a sus integrantes por casualidad a través de un póster que estaba pegado en un estudio fotográfico del centro. En el 92, tras ver el programa Rock and Pepsi, donde pasaban la antología, y un año después que su papá por casualidad como regalo de cumpleaños le comprara el álbum azul que encierra éxitos del 67 al 70 de The Beatles aumentó su curiosidad por ellos.
Desde entonces empezó a coleccionar sus discos y todo el merchandising, como monopolios, muñecos, tarjetas, libros, etc. Cuenta con cerca de 200 artículos que representan unos 6.000 dólares. Gran parte se puede ver en la exhibición, cuyo objetivo, según el aficionado, “es mostrar que existe una cultura musical y que hay gente a la que le interesa saber sobre el grupo y no nos equivocamos, porque el primer día contamos con alrededor de 300 asistentes. El jueves contamos con un número similar”.
Entre ellos estuvo Leonor Oyague, de 13 años, quien llegó acompañada de su madre. Para ella la iniciativa de la Semana de The Beatles fue una oportunidad para comprar, con sus ahorros, la colección completa de discos de su grupo favorito, del que conoce todo. Por eso mismo sabía que celebraban 50 años de la canción Love me do.
“Esa es una de mis favoritas, por su letra que es tierna y los arreglos musicales, el sonido de la armonía que suena al comienzo y luego ese paso a los instrumentos más fuertes”.
Ese sonido que para sus seguidores nunca pasa de moda, quizás por una sola razón: haber roto el molde de lo convencional y que sus canciones no responden a una categoría de tiempo y espacio.