Russell recurre a los actores que le garantizan galardones
Divertida, enérgica, vibrante, la cinta está llena de virtudes para encantar a la audiencia y a los académicos. Pero parte del atractivo venía garantizado con su reparto: Christian Bale, Bradley Cooper, Amy Adams y Jennifer Lawrence, actores a las que el director David O. Russell ya les supo sacar mucha luz en anteriores filmes: ‘The Fighter’ -con nominación para Adams y premio Oscar para Bale- y Silver Linings Playbook -con nominación para Cooper y estatuilla para Lawrence-.
Son las posibles razones por las que ‘American Hustle’ (Escándalo americano para Latinoamérica) ganó el Globo de Oro como la mejor película durante la entrega del domingo pasado en el Beverly Hilton, y tiene 10 nominaciones al Oscar.
El filme llega hoy a las salas de cine ecuatorianas.
La historia, ambientada a finales de los 70, se basa en uno de los mayores casos de corrupción de la política ‘gringa’, el escándalo Abscam.
Un estafador, Irving Rosenfeld (Bale), junto a su socia y amante Sydney Prosser (Adams), son forzados por el agente Dimaso (Cooper) a trabajar para el FBI en una operación encubierta en la que pudieran salir mal parados varios peces gordos de la política de Nueva Jersey.
En el peligroso juego el dúo se ve envuelto en un mundillo de mafiosos y bribones de cuello blanco aún más astutos que ellos. Deberán lidiar con el popular alcalde Carmine Polito (Jeremy Renner), con el mafioso que da miedo (Robert de Niro), y para enmarañar más la misión, con un dolor de cabeza llamado Rosalyn Rosenfeld (Lawrence).
El argumento fluye con ritmo alocado e imparable, ciertamente más concentrado en el aspecto narrativo que en la estética visual, con alta dosis de parlamentos y narraciones en off, con voces que van de un personaje a otro. Colorea el paisaje dramático la original caracterización física y psicológica de los personajes.
Bale, quien de a poco se quita la etiqueta de Batman, luce barriga prominente y peluquín engomado y, de paso, resulta ser un timador enamoradizo.
La fiera, en realidad, es ella (Adams), su compañera de correrías cuya identidad reinventa, con sus vestidos que muestran más de lo que tapan, cabellera de salón y seductora danza disco con el policía.
Este, Dimaso (interpretado por Cooper), de día es el agente arrogante y burlón y de noche se pone rulos para ensortijarse el pelo.
Y la bomba de tiempo, encarnada por la versatil Lawrence, como una ama de casa tonta pero a la vez difícil de contener, de sofisticado moño con bucles el cual es capaz de mover como si fuese una batidora cuando le invade la ocurrencia de bailar ‘Live and Let Die’, la canción de Paul McCartney.
No hay que subestimar el papel que juegan incluso los cabellos de los personajes de este filme hilarante, magníficamente bien contado e interpretado. Es solo parte de la propuesta de Russell, quien recurre a sus actores conocidos.