El célebre actor y director italiano Roberto Benigni elogió al papa Francisco el martes, calificándolo como “una fuente de misericordia” que está “arrastrando a toda la Iglesia hacia el cristianismo”.

En lo que probablemente fue la más inusual presentación de un libro en la historia del Vaticano, el ganador del Oscar estuvo acompañado por el secretario de Estado de la Santa Sede, el portavoz del Vaticano y el publicista del Vaticano, además de un exprisionero chino.

La ocasión fue la presentación de El nombre de Dios es misericordia, el libro del Papa escrito en estilo conversacional junto con la periodista italiana Andrea Tornielli. La obra está siendo presentada en 86 países como parte de Año de la Misericordia que el Pontífice ha inaugurado.

El realizador de La vida es bella (1999), ganadora de tres premios Oscar, bromeó con que cuando era joven quería ser sacerdote, pero se dio cuenta de que su mejor talento era el de comediante porque todos sus amigos se reían cuando él les decía que quería ser papa.

En años recientes, Benigni ha entretenido a los televidentes de Italia con elocuentes monólogos combinados con lecturas de Dante, de la Constitución italiana y, más recientemente, de los Diez Mandamientos. En las actuaciones, presentadas por la televisora RAI, se hace evidente que Benigni es un hombre de gran sentido del humor, pero también de fe profunda.

Fue cuando hizo alusión a los Diez Mandamientos, durante la Navidad, que el Vaticano lo llamó para pedirle que asista a la presentación del libro.

“Tan pronto como me llamaron y dijeron, ‘el Santo Padre desea...’ ‘¡Sí!’ respondí y ni les dejé terminar. Lo que él quiera, lo hago: ¿un guardia suizo? ¿un chofer para su papamóvil? Para este papa, lo que sea, nunca le diré que no”.

Con sus características gesticulaciones, Benigni elogió a Francisco por encarnar su mensaje de misericordia, por ir a visitar “a los más desafortunados entre los desafortunados” en Lampedusa, por inaugurar su año de misericordia junto a “los más pobres entre los más pobres de los pobres” en la República Centroafricana. “Francisco es una fuente, una cascada de misericordia”, dijo Benigni. “En este mundo tan irreconocible, donde impera el odio y la condena, Francisco responde con misericordia”. (I)