A Richard Linklater (Houston, Texas, 30 de julio de 1960) se lo conoce más por sus películas, cuyo contenido abordan la rebeldía y el rock.

Al menos eso ocurre en ‘Dazed and confused’ (1993), que se ambienta en las aulas de 1976, y la comedia ‘School of rock’ (2003), también extraída de los salones de clases, pero escolares.

Pero también es conocido por su trilogía Antes (del amanecer,  del atardecer y anochecer, entre 1995 y 2013) donde Ethan Hawke es su actor de confianza. A partir de ahí se entiende por qué Hawke también aparece en ‘Boyhood’, ese proyecto innovador que ha llamado la atención de los críticos y de los miembros de la Academia, en vísperas de los premios Oscar.

De hecho su trilogía ‘Antes’ ya era un anticipo de lo que haría con ‘Boyhood’. La diferencia es que en ‘Antes’ usa a los mismos actores en tres filmes diferentes, mientras que en ‘Boyhood’ experimenta con los cambios físicos reales de una familia disfuncional donde Hawke es, para variar, un bohemio y músico frustrado, y Ellar Coltrane, un niño de 6 años que durante el relato en la película crece hasta los 18 años.

“Grabamos mucho material detrás de bambalinas. Hicimos algunas entrevistas. Hace poco vi una que me hacían en 2002, cuando estábamos empezando el proyecto, y pensé: ‘Oh Dios mío, este es un tipo distinto’. La dureza de la imagen grabada es inapelable. Creativamente creo que no he cambiado mucho desde que concebí esta película, quizá porque mi obligación era precisamente mantenerme fiel a la idea inicial. Podían pasar muchas cosas por el camino, corríamos un gran riesgo en muchos sentidos, pero siempre supimos qué estábamos contando y hasta dónde queríamos llegar”, dice el cineasta texano.       

Una de las preguntas frecuentes que le plantean es si hay mucha improvisación marcada por las circunstancias históricas y por el hecho de escribir el guión sobre la marcha.

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Linklater responde:

“Todo eso lo fuimos incorporando, nadie podía saber que (Barack)Obama ganaría las elecciones porque la vida es incontrolable. Normalmente, hacer una película pasa por controlar las circunstancias, porque más allá de lo que pase en el mundo te mantienes fiel a una historia, manipulas la realidad a tu propia conveniencia”, sostiene.

Para Linklater “esta película significaba renunciar a ese control y asumir que estás enfrentándote a unos actores que van cambiando y a un entorno cultural que se va transformando. Por supuesto, también podía suceder una desgracia con los actores, todo el mundo me lo mencionaba cuando salía a relucir este proyecto, pero ¿qué le puedes hacer? En cualquier momento puedes recibir una llamada que te cambia la vida. Para jugar a las cartas necesitas confiar en la suerte y yo soy optimista”, refiere.

Yaquello de su perfil como referente cinematográfico de la cultura ‘underground’ data desde sus inicios. Cinematográficamente narra los desvelos de las clases ilustradas y progresistas de su país. Es cuestión de revisar su filme ‘Slacker’ (1991), que es un retrato de la bohemia de Austin, esa ciudad marcada por su efervescente escena musical independiente.

Yfiel a su esencia, Linklater también refleja algo de ‘indie’, no solo por Hawke, sino por su banda sonora que incluye a Arcade Fire o Vampire Weekend.