Ayer se estrenó en Argentina la película ‘Séptimo’, la coproducción argentino-española dirigida por Patxi Amezcua, con Ricardo Darín y Belén Rueda en los roles principales.

El reconocido actor de este filme, que en los próximos días estará en las pantallas de cine del resto del mundo, dijo que en este proyecto se buscó “contar un buen cuento”.

En diálogo con Agencia Reporter para Diario Uno de Argentina, el actor reveló algunos detalles de esta producción que ha sido una de las más esperadas en Latinoamérica.

¿Por qué le atrajo ‘Séptimo’?
Cuando Patxi y la producción me acercaron la historia, lo primero que vi fue que era interesante como ejercicio interpretativo y que es sobre un tipo con un objetivo en su vida normal, en su trabajo, y que le toca una situación absolutamente inesperada que lo coloca en otra situación.

Y eso transcurre en 14 o 16 horas de su vida. Me parecía que esa curva que, lamentablemente tiene que atravesar el personaje, era muy atractiva, y que no hacen falta más elementos de los que hay. Muchas veces buscamos en las historias las complicaciones para ver hasta qué punto podemos sacarle punta a algún tema, y en este caso me pareció a la vez tan simple y tan complicado ver cómo este tipo atraviesa la situación.

¿Cómo ve el papel de la mujer en la historia?
Creo que la película no quiere generalizar con respecto de la situación de esta mujer, no habla de la fémina en general, sino de esta situación extraordinaria en particular, y ella juega con cartas que no jugaría otra. Esto no es una problemática de género. Hay también cosas del pasado de él y de ella que están esbozados en la trama que no pueden desarrollarse porque si fuera así la cinta duraría tres horas.

Sus últimos filmes están ligados al suspenso, ¿fue una elección consciente?
Es verdad... Pero no pasa por una cuestión de género, muchas veces aceptas porque querés trabajar con alguien. Es extremo decirlo así pero a veces con un buen equipo, con un buen grupo, con un buen director, con buena onda, basta. Otras veces lees el guion y decís: “no lo puedo dejar pasar”, y pensás: “Ni siquiera sé si lo podré hacer, si voy a estar bien actoralmente, si me dará el piné para hacerlo”.

Yo creo que a todos nos pasa más o menos lo mismo de un lado o del otro. Todo lo que queremos es que nos cuenten un buen cuento, a nosotros nos gusta contar cuentos bien contados, y si nos toca además dentro de ese esquema un personaje de esos que uno expres: “¡qué bueno!”, es todavía mejor. Yo incluso estoy más cerca de quedarme con un personaje no tan atractivo, pero en una historia atractiva,

¿Podemos decir que también es una cuestión del momento y el lugar del ofrecimiento?
De pronto venís de hacer una saga espectacular y te ofrecen hacer el payaso Plin Plin y vos indicas: “¡Ah! Mirá qué bueno”. Igual a mí siempre me gustó moverme de un lado al otro y buscar cosas, pero llega un momento en que se te agotan los papeles diferentes, notas que en el laberinto por el que pasaste fuiste por todos lados y comienzas a pasar de nuevo por los mismos lugares. Me dicen: “Te la pasás todo el tiempo haciendo abogados”.

Es cierto, pero son todos distintos, uno era el de Carancho, que era cuervo rapiñero; el otro de Tesis, para un homicidio, que era un catedrático... Este forma parte de un bufete y está metido en otras cosas, todos tienen una característica diferente y especialmente para nosotros los latinos estar cerca de la Justicia es como para los estadounidenses eso de la dupla del policía bueno y el malo. Nosotros tenemos una relación con la policía totalmente distinta, nos fumamos las historias del Norte con sus polis, pero porque sabemos que es otra cultura.

¿Es consciente de ser un piloto ganador dentro de la carrera cinematográfica?
Básicamente yo soy un piloto de pruebas, y no soy muy resultadista. Yo creo en la química, en la fusión, y si se dan las coordenadas para que algo resulte atractivo para el público, nos va bien, y si no, ocurre como ha ocurrido tantas veces: nos va mal. Este negocio es así, en cuanto acumulas gente que se siente respetada, es como una especie de back que recibo del público.