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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Ricardo Darín, afín con su personaje en ‘Tesis sobre un homicidio’

A sus 56 años, Ricardo Darín es el actor más importante de su país, al punto que muchos directores lo consideren garantía de atracción popular y mercadeo de sus películas.

Desde producciones complejas y costosas como ‘El secreto de sus ojos’, de Juan José Campanella (ganadora del Oscar), o la pequeña e independiente ‘Un cuento chino’, la mayoría de filmes protagonizados por el actor siempre logran distribución internacional.

Es el resultado de una vida dedicada al teatro, el cine y la televisión, con infinita constancia y perfeccionismo. Películas como ‘El mismo amor, la misma lluvia’, ‘Carancho’ y ‘El hijo de la novia’ lo han convertido en símbolo del cine gaucho.

La película pequeña que rodó con el novel director Hernán Goldfrid, ‘Tesis sobre un homicidio’, parece también haber recibido la bendición mágica de Darín. Ya pasó del millón y medio de espectadores en Argentina y se ha visto exitosamente en España, Francia, Estados Unidos y otros países. Al respecto, el actor conversó con diario El País de España.

¿Por qué eligió el personaje de ‘Tesis’?
Hernán me hizo llegar el libro y un primer guion y me pareció que sería una buena película. Me llamaron la atención los diálogos, algo muy rico para las posibilidades de un actor. Luego, supe que había hecho una investigación muy seria sobre la justicia y sus debilidades.

Pero usted menospreciaba la literatura policíaca...
Era un concepto erróneo que tenía de joven. Pensaba que leer una novela policíaca era como haberlas leído todas (risas). Que era una prosa algo infantil. Ahora tengo una óptica más respetuosa sobre el género, considero que permite expresar detalles que pueden verse diferentes ante la mirada de varios espectadores.

Se ha comparado a ‘Tesis’ con ‘El secreto de sus ojos’, ¿cree que se parecen?
La única similitud es que en ambas hay un crimen y un abogado que busca resolverlo. Pero son historias completamente diferentes. En cuanto a la producción, ambos proyectos están muy distantes en términos económicos y de realización.

Se dice que usted es el alma de la cinta...
Es que mi personaje aparece prácticamente en todos los fotogramas de la película, algo que no le recomendaría a ningún actor, físicamente es agobiante, y en lo artístico amplía las posibilidades de que cometas un error. Cuando fui director y participé en la edición de un filme, terminé quitando 27 planos míos. Llegó un momento en que dije: “Estoy harto de verle la cara a ese tipo (yo)”.

Sin embargo, lo llaman “la cara del cine argentino”...
Algo inexacto, aunque lo agradezco. El cine de mi país está lleno de jóvenes talentosos que trabajan mucho más que yo. El año pasado se hicieron 100 películas en Argentina... ¡yo apenas hice una! Lo de “la cara del cine argentino” es porque he tenido la fortuna de participar en algunos filmes que se han estrenado mundialmente.

Sus detractores dicen que usted se repite como actor, ¿qué piensa de eso?
Lo acepto, sí, me repito. Es casi imposible no repetirse. Es uno de los retos más grandes que tenemos los actores. Por más que quieras caracterizar, siempre habrá detalles que son tuyos, como el gesto que hacemos al enojarnos. También es muy difícil cambiar la voz. Y otra cosa que propicia el encasillamiento es la tendencia y el género de los guiones, por ejemplo los policiales, es lo ocurrido con ‘Tesis’ y ‘El secreto de sus ojos’.

¿Ya pasó la polémica con la presidenta Cristina Kitschner?
Nunca existió. Me limité a decir que la mayoría de funcionarios públicos del mundo incrementaban su economía al llegar al poder político. Es algo que deberían explicarnos mejor a todos los habitantes.

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