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Ecuador, 27 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Ratas, Ratones y Rateros se estrenó un día como hoy de 1999

Aderezada con historias reales, materia de múltiples proyecciones, homenajes y hasta de un libro en que se narran las anécdotas de su rodaje, la historia hizo que Costa y Sierra del país confluyeran en clave de Cinéma vérité.
Aderezada con historias reales, materia de múltiples proyecciones, homenajes y hasta de un libro en que se narran las anécdotas de su rodaje, la historia hizo que Costa y Sierra del país confluyeran en clave de Cinéma vérité.
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Inspirada en Los Olvidados (Luis Buñuel, 1950) y Laws of Gravity (Nick Gómez, 1992), la película más conocida del cineasta Sebastián Cordero se estrenaba en La Biennale di Venezia de hace 20 años, sin que sus realizadores llegaran a pensar que iba a convertirse en un descarnado retrato de época.

A través de su cuenta de Instagram, Cordero publicó un fotograma de su obra la mañana de este sábado 7 de septiembre de 2019.

Allí aparecen, en una casa destartalada de Chimbacalle, Ángel (interpretado por Carlos Valencia) y Salvador (Marco Bustos), los coprotagonistas de Ratas, Ratones y Rateros, y el testimonio profesional del director: “fue una película hecha con mucha pasión y rigor, donde encontré mi voz, y reafirmé que el cine no se hace solo”.

El largometraje obtuvo su primer galardón (Mejor película y Mejor opera prima) en otra ciudad italiana, durante el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, y fue uno de los más taquilleros de la filmografía local.

¿Villano para siempre?

Sobre los actores suelen construirse estereotipos y a Carlos Valencia vaya que le pesó. Ya lo admitía Sebastán Cordero hace tres años, en entrevista con este diario: “una larga época, (Carlos) solo hacía de malandro en una onda muy parecida a la de la película”.

Pero el propio actor ha dicho que en la caracterización de antagonistas empezó antes de Ratas..., cuando debutó en televisión, a mediados de los noventa. Fue en una adaptación del clásico literario Los Sangurimas. "Hacía de Facundo Rugel Sangurima, uno de los hermanos de la novela, un tipo malísimo. La mayoría de personajes que hago son medio malucos", bromea.

Quienes veían en la calle al intérprete de Facundo preferían cambiarse de acera; y luego de la obra de Cordero, la cosa se sostuvo: una desconocida se acercó un día a Valencia para decirle que lo odiaba desde que había visto a Ángel en el cine. Luego de charlar se hicieron amigos y la animadversión de la mujer terminó como una anécdota que apuntalaba su actuación.

“Carlos aportó muchísimo en expresiones y detalles de cómo debía hablar su personaje. Cosas que supimos enseguida que iban a funcionar en boca de Ángel”, ha dicho Cordero, quien destaca el uso coloquial de la palabra “familia” porque el actor la usó en lugar del término que indicaba el guión: “primo”.

Como “lo que se puede integrar más a la realidad de la película es algo que le va a dar fuerza”, el director incorporó la palabra, entre otras cosas de la improvisación. El resultado fue realista en extremo.

Otra clase de cómplice

El aprendizaje de Salvador tuvo una compinche de clase alta, Carolina, su prima de 18 años interpretada por Irina López, de 27, quien recuerda algunos detalles desde Guayaquil, aunque continúa viviendo en Quito.

La habitación de Carolina, por ejemplo, tuvo como locación una casa en la que Sebastián Cordero había vivido parte de su infancia. “Nos dijeron que era una casa que su madre había puesto en venta”, en Bellavista, confirma López.

“Allí armaron el cuarto de la ficción, como si fuera una reinita de colegio, con peluches y bandas de Señorita Deportes..., cosas que en realidad nunca fueron parte de mi vida”, sonríe por teléfono.

Pese a que su papel fue de complicidad con Salvador −menos potente que el de Ángel−, a Irina también la reconocen en la calle hasta ahora. O, de repente, le resulta familiar a alguien que no recuerda de dónde la conoce, hasta que ella suelta que fue parte del elenco.

“Pesaba la idea que por entonces se tenía del cine ecuatoriano, por eso actuamos con mucha fe en el proyecto”, concluye la actriz. “Luego supe que a la gente le gustó mi personaje, le cayó bien, como los de toda la película de la que, cada vez que vuelvo a ver, confirmo su gran calidad”. (I)

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