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El Telégrafo
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Rachel Weisz, una especialista en los roles complejos

Rachel Weisz, una especialista en los roles complejos
31 de agosto de 2012 - 00:00

Rachel Weisz es la actriz que todo director quiere en su reparto, con una belleza sencilla pero rotunda.  Lo es para Tony Girloy en ‘The Bourne Legacy o Hester Collyer en ‘The Deep Blue Sea’, sus filmes más recientes.

Sobre esta última la histrión, que el pasado 7 de marzo cumplió 42 años, se adentra en un elegante melodrama que se filmó y estrenó el año pasado en Reino Unido, en el que revive los instintos de Madame Bovary.

Ajena a las excentricidades propias de Hollywood, poco se sabe de la vida privada de la intérprete nacida en Westminster (Londres, Inglaterra).

Casada desde el año pasado con el último James Bond, Daniel Craig, la actriz tiene un hijo de seis años de una relación anterior con el director Darren Aronofsky.

Con una presencia magnética, la Weisz, que desde 1992 hasta la fecha registra 38 películas, es conocida por su cercanía y su capacidad para interpretar personajes complejos, no en vano consiguió en 2006 el premio Óscar y el Globo de Oro a la mejor actriz secundaria por la que fue una de sus más bellas interpretaciones, la de Tessa Quayle en el ‘The Constant Gardener’, de Fernando Meirelles.

Pero Weisz tampoco tiene remilgos a la hora de formar parte de grandes superproducciones. Si su papel protagonista en la saga de ‘The Mummy’ (‘La momia’, con Brendan Fraser) la dio a conocer al gran público, ahora es ‘The Bourne Legacy’ su casi seguro éxito de taquilla, que este mes ha visto la luz en las salas de cine estadounidenses. Allí encarna a la doctora Marta Shearing, la sobreviviente de un envenenamiento.

Siempre discreta, las claves que rigen sus apariciones en la alfombra roja son la sencillez de vestidos oscuros o en tonos apagados, con el pelo suelto o semirecogido, y apenas accesorios.

Solo se pudo ver un estilo distinto en la gala de los premios Oscar de 2007, donde imprimió a su estilo cándido un toque de “femme fatale” con un vestido de Vera Wang plateado y acabado en un bordado de pedrería.

Además de esta diseñadora, la actriz inglesa es habitual musa de Narciso Rodríguez, Dior, Valentino, Dolce y Gabanna, Prada, o Alexander McQueen, esta última firma fue la que escogió para el estreno de ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’, protagonizada por su marido.

Apasionada de la literatura, materia en la que se especializó en la Universidad de Cambridge, Weisz se mueve como pez en el agua con personajes complejos, encarna con igual facilidad a la casta Hypatia de Alejandro Amenábar, como a una mujer madura, y dividida entre la pasión de un amante alcohólico y su vida de esposa respetable.

Una Madame Bovary reinventada por Terence Davies que le sienta como anillo al dedo a una actriz que, celosa de su intimidad, se retiró durante un año a interpretar en los escenarios británicos ‘Un tranvía llamado deseo’ como Blanche Dubois.

Con este personaje, Weisz confirmó a la crítica y al público que a pesar de su imagen cándida y su profunda belleza, es una actriz capaz de cualquier reto como ocurrió con ‘The Constant Gardener’ (El jardinero fiel).

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