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El Telégrafo
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Público quiteño no cumple expectativas de los organizadores de festivales

El récord de asistencia de El Carpazo fue de 3.000 personas, en 2016. Este año se suspendió por bajas ventas en taquilla.
El récord de asistencia de El Carpazo fue de 3.000 personas, en 2016. Este año se suspendió por bajas ventas en taquilla.
Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO
13 de octubre de 2017 - 10:27 - Redacción Cultura

La continuidad del festival de música independiente Quitofest no está garantizada para 2018, según gestores de ese evento anual. A pesar de que cuenta con 15 ediciones consecutivas, las cifras de este año conllevan dificultades económicas.

La última edición, realizada en el Parque Itchimbía a inicios de agosto pasado, convocó a 7.000 personas en 2 jornadas; pero, el aforo era de 30.000.

En ocasiones anteriores, el acceso al Quitofest era gratuito y hubo récords de 20.000 aficionados; pero el recorte de algunos auspicios estatales provocó que la Fundación Música Joven (entidad organizadora) se asociara con la empresa privada (Global Shows) y cobrara entradas de $ 30 por día desde este año.

La jornada de metal -que incluyó a grupos como Kataklysm, Sepultura, Barón Rojo, Narcosis o 3Vol- se dio ante 2.000 espectadores, lo que provocó que hoy los inversores tengan pérdidas que subsanar.

El músico Édgar Castellanos Molina, gestor del Quitofest desde sus inicios, ratifica la incertidumbre sobre nuevas ediciones del festival. Castellanos le contó a este Diario que se presentó como solista en el Panela Fest, de Latacunga, que “convocó a público de diferentes sectores y resultó bien, siendo el primero que se realizaba con esas condiciones en Cotopaxi”.

Para el fundador de Mamá Vudú, ese evento -cuyas entradas costaron $ 18 y tuvo un aforo de 2 mil asistentes- fue “un ejemplo de que sí se pueden hacer ciertas cosas, pero enfocándose en las necesidades de cierto público”. El compositor ambateño explicó que “en el centro del país, donde hay pocas ofertas culturales, lo que influye para que la gente suela ir a Quito a ver bandas internacionales”, puede haber un mejor apoyo a los grandes conciertos.

“En Ambato, Riobamba y Latacunga se necesitan este tipo de espacios, yo creo que por ahí se pueden resolver algunos problemas. También desde Guayaquil, a la que pondría al lado de estas ciudades que necesitan mayor oferta cultural”, sostuvo Castellanos. En el Puerto Principal se lleva a cabo el Funka Fest, que tuvo una edición considerable a finales de septiembre.

En la capital, El Carpazo -que hasta 2016 cumplió 4 ediciones- se suspendió a una semana del concierto que iba a darse el último sábado, luego de que la expectativa en taquilla no se cumpliera.

El Festival Rock & Shout tuvo un público que no alcanzó a llenar la mitad del estadio Olímpico Atahualpa con los estadounidenses Aerosmith como cabeza de cartel, el 15 septiembre pasado.

El pago de impuestos y los permisos que se deben conseguir para estos eventos son factores que “inflan los costos y eso se traslada al precio de las entradas”, coinciden los organizadores, que ahora pensarán dos veces para situar sus eventos en Quito. (E)

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