Patricia Arquette (Chicago, 8 de abril de 1968) recién ganó el premio Bafta (la versión británica de los Oscar) por su actuación como Olivia Evans en Boyhood, el experimento de Richard Linklater.

Con ese galardón, muchos críticos consideran a la rubia intérprete, quien ganó notoriedad en 1987 como Kristen en Pesadilla en la calle Elm 3, como una posible ganadora de la estatuilla dorada como mejor actriz de reparto.

“¿Qué vas a hacer durante los próximos 12 años?”, le preguntó Linklater a la histrión que proviene de una familia de actores que está formada por sus hermanos David, Alexis y Richmond Arquette.

“Acepté el personaje de Olivia porque me parecía una oportunidad actoral única, es decir el proyecto en sí. Toda una locura”, dice Arquette, quien considera que Linklater la escogió porque la actriz había sido madre a los 20 años y que ese es el perfil que maneja Olivia Evans, la madre de Mason, quien crece en la película desde los 6 años hasta los 18.

“En el transcurso de su vida (la de Mason, Olivia poco a poco fue convirtiéndose en una mujer más sensible y más sabia. Y ese proceso, como actor, es algo que no puedes fingir. Si a los 33 años hubiera tratado de dar vida a una mujer de 45 no habría podido reflejar cómo cambia nuestro modo de percibir el mundo cuando maduramos. Eso permite que la película sea muy real y genuina”.

“Contemplar mi propio ciclo de envejecimiento en Boyhood me resultó a la vez fascinante y embarazoso. Pero también me ha permitido recordar la niña que fui y preguntarme si queda algo de ella”, concluye Arquette, quien revela que más ha gastado en pagarle a su niñera que en lo que ganó con Boyhood, y que se ha mantenido a través de trabajos en la televisión.

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