“La novela de Orlando Pérez es introspectiva. En cada episodio, el protagonista evoca una suerte de viaje hacia la razón de la psiquis, de la existencia. Como buena muestra del delirio de quien repara en su propia muerte, el relato contado se disfraza hasta las últimas páginas...”.

De esta manera resumió María Paulina Briones, directora de la Casa Morada, el argumento de ‘La ceniza del adiós’, la novela que el periodista ecuatoriano Orlando Pérez lanzó el pasado jueves en el Museo Presley Norton. Se trata de un libro que constituye el primer tomo de la colección Marcapáginas, de la editorial Edipcentro.

El escritor Luis Carlos Mussó también intentó dar detalles del argumento: “Medio siglo está por cumplir Pablo Merino y cae la cuenta a través de un parte médico de su cáncer terminal…”.

La novela de Pérez fue escrita literalmente ‘al vuelo’, pues plasmó su idea durante un viaje de Madrid a Quito al regresar de una convención de un movimiento político. “Un traslado tan largo como ese otorga el tiempo suficiente para hacer muchas cosas: algunos duermen, otros leen, otros conversan, ese día me puse unos audífonos y empecé a escribir”, recuerda el autor, que incluye esta imagen en la obra.

Sin embargo, la idea ya se venía cocinando desde hace algún tiempo, lo sabía desde que estructuró en su cerebro la frase: “Pablo cumple mañana 50 años, y le queda un año más de vida”, premisa de la que parte el argumento, que se ve inmerso en un retorno largo, profundo y doloroso de la memoria del protagonista.

Aunque la novela prácticamente estuvo escrita en el vuelo, duró un año más en estar lista completamente. Su autor debió consultar libros, enciclopedias y hasta investigaciones climáticas para que todo sepa a verdad en su obra.

Hubo dos versiones anteriores a la definitiva, en las que Pérez debió asimilar fuertes críticas de algunos colegas escritores en cuanto a la estructura, lo que agradece de forma sincera. “Si algo tiene de maravilloso la literatura es que nos enseña a dejar de escribir tan mal como lo hacemos en el periodismo todos los días”, dijo.

La ceniza del adiós está narrada en Ecuador de los setenta y ochenta, cuando en la palestra pública sonaban nombres como León Febres-Cordero, Jaime Roldós Aguilera y Julio Jaramillo. Pérez evocó esta época porque considera que es compleja y tensa. “Significó mucha esperanza para un montón de gente y después fue un fracaso total, políticamente hablando”, dice.

A lo largo de la novela, el personaje principal narra lo que vivió durante el medio siglo que tiene de existencia, los trae a la página como recuerdos, como una confesión que necesita ver la luz. La más fuerte, comenta, se sabrá solo hasta el final del texto.

Hay, sin embargo, algunas situaciones que el creador de ‘La ceniza del adiós’ experimentó en carne propia y plasma en su obra. No pudo ser de otra forma,  aunque admitió que hizo lo posible para no ser confundido con Pablo, quien protagoniza el libro.

‘La ceniza del adiós’ es un homenaje a la literatura ecuatoriana, a esos autores que dieron y que siguen dando obras, alimentando así esa necesidad de lectura, que para Pérez también es parte del buen vivir. Hay buenos exponentes y este libro es un pequeño aporte a ese gran afán de construir una extensa bibliografía para el Ecuador.

El autor se confesó seguidor de la literatura local, de la poesía latinoamericana y de los grandes clásicos del arte escrito, de ahí su necesidad de recurrir a la narrativa. En sus palabras: “el mundo se construye de obras, de puentes, de carreteras, pero también de palabras. Y este último es el más maravilloso que tenemos”.

Su trabajo recoge obras como ‘Cuba, los años duros’, ‘La celebración de la libertad’ y ‘Libro de entrevistas a importantes escritores latinoamericanos’. Obtuvo una mención especial en la bienal del cuento Pablo Palacio en el 2004 y es coautor de ensayo, crítica, literatura e investigación periodística.

Orlando Pérez ha sido editor de los principales diarios del Ecuador y actualmente es el director de diario EL TELÉGRAFO.