Olivera: "Yo soy un narrador bien guarachero"
La camaradería primó en torno al tema que los había reunido en el Museo Presley Norton: la salsa y su ilustre invitado Herman Olivera.
Fue un conversatorio organizado por los miembros de la Asociación de Coleccionistas de la Salsa (Asocosalsa), cuyo objetivo era educar al melómano tradicional, amante del género, para compartir e intercambiar conocimientos.
Con un panel dirigido por el comunicador y radiolocutor, Edgardo Aguilar, el historiador Ángel Emilio Hidalgo y el director de la Orquesta del Solar, Julio Mena, la tarde del pasado viernes se convirtió en un culto a esta música basada en ritmos afrocaribeños.
Y aunque se concibió como un simposio para tratar la evolución del género a través de sus exponentes, el resultado final fue una charla llena de inquietudes para Olivera.
Apadrinado de Eddie Palmieri
En Guayaquil es su segunda ocasión.
Reconocido por ser vocalista de orquestas de peso desde la década de 1970, quien catapultó a Olivera y lo enganchó con la popularidad hacia los latinos a nivel mundial fue Eddie Palmieri.
‘El Sonero del siglo XXI’ fue como lo apadrinó y “el resto ya es historia”, cuenta el protagonista del evento.
“Estamos sembrando una semilla para que Ecuador se convierta en una plaza porque tengo bases sólidas en México, Colombia, Venezuela y Perú, pero quiero que esta se convierta en mi segunda patria y espero que el público se masifique y el aplauso sea grande”, manifestó el músico nacido en New Jersey con raíces puertorriqueñas.
De esta forma inició una exposición breve de su vida, repasando su crianza en Estados Unidos (nació en 1959) con un padre que lo introdujo en la música latina, mientras los sonidos del jazz, rock & roll y el inglés iban siendo parte de su formación.
Cuenta que en casa, sobre todo los domingos, su padre colocaba discos de boleros destacando las voces de Julito Rodríguez, tríos como Los Panchos, Marco Antonio Muñiz, la Sonora Matancera y hasta Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, quienes endulzaron sus oídos por años. Esta costumbre aún conserva.
Un aprendizaje de alto vuelo
La música como una profesión no fue del agrado de su papá, pero ya estaba en sus venas.
La Justicia fue la primera orquesta que integró a los 15 años, luego estuvo en La Sónica, donde conoció al trombonista Jimmy Bosch y, más adelante, en el grupo Caramelo, donde se convirtió en la voz que abría conciertos para grandes como Héctor Lavoe.
Johnny Pacheco, cofundador del sello disquero de Fania, lo involucra con la agrupación que le permitiría conocer a Eddie Palmieri en 1978, gracias a su soneo como contador de historias, “porque yo soy un narrador bien guarachero y bailable”.
Olivera asegura sentirse dichoso de lo que ha logrado en su carrera. “He conocido a mis ídolos, a casi todos, y nunca he sido de pensar en fama ni riquezas, mi norte es aprender a cantar, ser un buen intérprete”.
Antes de finalizar habló de su amistad con Julio Mena, panelista a quien invitó a narrar anécdotas que compartieron cuando ambos bautizaron la orquesta Solar.
Luego de una hora de charla -tiempo que les quedó corto para otros temas programados- los miembros de la Asocosalsa y los expositores aprovecharon para fotografiarse con Olivera y pedirle su autógrafo. (I)
Asocosalsa echó raíces en Ecuador hace 6 años
Miembros de la Asociación de Coleccionistas de Salsa; su director, Tyron Santos, y los panelistas sellaron el conversatorio con una foto grupal. Foto: Karly Torres / EL TELÉGRAFO
Para pertenecer a la Asociación de Coleccionistas de la Salsa (Asocosalsa) se requiere ser de un salero probo. Esto es, fomentar y seguir educando al melómano gustoso del género.
Así lo certifica Tyron Santos Barreto, director de esta filial originaria de Venezuela, fundada hace 38 años. Desde entonces generó interés a otros países que se integraron como Perú, Colombia, Chile, Panamá, Estados Unidos, Puerto Rico, Italia, Francia y España, con sedes en ciudades que subdividen su representación por país.
Roberto Mata es el presidente en Ecuador y junto a Santos, desde hace 6 años, trabaja para que además de Esmeraldas, Machala, Quevedo y Guayaquil se suscriban nuevos socios de otros cantones.
“Tratamos de formar a la mayor cantidad de gente que está metida en el grupo para que sean guías; tenemos gente de prensa y profesionales de todas las áreas”, cuenta este líder melómano.
Herman Olivera es el segundo artista que invitan con sus propios fondos, conseguidos con aportes mensuales, eventos para recaudar fondos como bingos y campeonatos y la colaboración de auspiciantes. El primer cantante que contrataron fue Luigi Texidor, quien estuvo en el país para octubre compartiendo sus conocimientos. “Una de nuestras metas es educar al melómano salsero tradicional, reunir la mayor cantidad de gente que sepa de salsa y no confundir con otros géneros como salsa choque, ni salsa urbana, que no haya mala orientación”, puntualiza Santos quien sugiere visitar las cuentas en redes de Asocosalsa, para conocer los próximos eventos. (I)