Mientras acá seguimos embelesados con el audio de Tres Garrotazos, riéndonos de cómo en El Club de la Mañana realizan el Ice Bucket Challenge o comiéndonos las uñas para saber si lo de Juan José con Tatay, Yomaira y Michelle es verdad, el lunes en Estados Unidos se entregaron los Emmy. No hubo sorpresa en que la serie ya totalmente emitida y de altísima calidad Breaking Bad barriera con los premios a lo mejor en serie dramática: actor principal, actriz secundaria, actor secundario, escritura, serie dramática. Aquí las “series”, en realidad mal formateadas telenovelas, duran lo que un suspiro por cuestiones de producción, bajo rating o mal marketing. Los estadounidenses reconocen las escrituras y la dirección para series de comedia, especial de variedades, serie de variedades, películas para televisión o miniseries y recientemente el mejor programa de competencia-reality o reality y al mejor anfitrión de ese tipo de shows. En el país nuestros pocos especiales son las transmisiones de las galas finales para elegir una reina o eventos televisivos como una quinceañera, la final del reality de turno o una boda. Series cómicas tenemos al granel, pero cuál está a la altura de Modern Family, que lleva cinco años seguidos ganando el Emmy.

Las comparaciones son odiosas, pero quién de nuestros actores, sin importar su formación en teatro, está al nivel cómico televisivo de Jim Parsons de The Big Bang Theory, Allison Janney de Mom -que esta vez también ganó como Mejor actriz invitada en una serie dramática por Masters of sex-, Julia Louis-Dreyfus de Veep, Ty Burrell de Modern Family, o de los actores-escritores-directores-monologuistas, o solo una de las cuatro cosas, Louis C.K., Sarah Silverman, Jimmy Fallon, Jane Lynch y Stephen Colbert. El último fue premiado con su equipo con los Emmy a destacada serie de variedades, música o comedia y destacada escritura para una serie de variedades, algo políticamente correcto cuando ya es conocido que Colbert será el sucesor de David Letterman en el Late Show de la cadena CBS, creado especialmente cuando a Letterman le negaron la posibilidad de asumir el Tonight Show, ahora de Jimmy Fallon, cuando se retiró Johnny Carson. Aquí estamos en pañales con espacios como Los capos de la risa, Patomarte la noche, Pelando la noche, La noche, Comedia divina, en variedades o comedias.

Seguimos riendo del mal planteado “innuendo”, de la sexo genitalidad y de estereotipos de clases, razas y diversas identidades de género, poco de situaciones o diálogos. Queremos reír y llorar con telenovelas nacionales, series híbridas y realities de mal gusto. El trabajo de producción, guion y dirección es duramente criticado debido a la debilidad de los formatos, el bajo nivel del fondo y las falencias de los talentos de pantalla.

Celebremos el récord Guinness de don Alfonso, pero quién le sigue. Los canales más antiguos del país tienen 54 y 47 años, pero qué ha cambiado para mejor en la televisión nacional fuera de las cámaras, el HD y la televisión digital. Hay extrema felicidad por ser tendencia en Twitter sin que haya verdadera interactividad con el televidente y todos se lanzan a llamarse el primer programa en su horario cuando el rating en el país no pasa de unos 35 puntos, mientras que en Estados Unidos llega a más de 50 y en México (93 mil televidentes o 31 mil 500 hogares cada punto), a 32.3 o más.

Ecuador se acomoda con formatos de producción, para realities sobre todo, chilenos, mexicanos, colombianos y anglosajones.

Sin embargo, los degenera y cuando tiene algo original, el programa no pega ni despega. Además otras naciones ya empiezan a participar en los Emmy, en premios con Cary Fukunaga (californiano de ascendencia sueca y japonesa) y en nominaciones con la colombiana Sofía Vergara, mientras Ecuador sigue esperando. Y espera aumentándole rating a American Horror Story, The Walking Dead y Game of Thrones.