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Nito Mestre: Paul McCartney es un tipo muy sencillo y ‘familiero’

Nito Mestre: Paul McCartney es  un tipo muy sencillo y ‘familiero’
25 de abril de 2014 - 00:00 - Rafael Veintimilla Aragundi / Guayaquil

Nito Mestre recuerda aquella noche del viernes 9 de diciembre de 1993, como si hubiese sido ayer. Y no es para menos si fue la ocasión que tanto había soñado desde que era un niño de 11 años: conocer a Paul McCartney.

Y es que Mestre, como cualquier otro mortal, tiene sus héroes. El suyo, el que cambió su forma de ver la música, es el ex-Beatle. Fue tanta la influencia del británico, que Mestre, famoso en la década del 70 como cantante del dúo argentino Sui Géneris junto a Charly García y que en mayo próximo volverá a Ecuador por tercera vez para unos shows privados, cambió el folclore por el rock.

Aquel 1993, McCartney había organizado la gira ‘The new world tour’, que servía para promocionar su entonces reciente disco ‘Off the ground’, del que se desprendía la canción homónima y la conocidísima ‘Hope of deliverance’.

‘The new world tour’ también supuso la segunda gira del ex Beatle, tras la separación de Wings a inicios de la década de los ochenta.

Además, McCartney llevaba 10 años sin salir de gira precisamente por la disolución de Wings. Su banda de apoyo para el ‘The new world tour’ era su esposa Linda Eastman (fallecida en 1998 por cáncer de mama que se le extendió al hígado), en teclados y coros; Hamish Stuart, guitarra, bajo y coros; Robbie McIntosh, guitarra y coros; Paul ‘Wix’ Wickens, acordeón, teclado y coros; y Blair Cunningham, batería.

Durante tres días Nito Mestre compartió tarima con Paul McCartney. Desde que tenía 11 años, el ex Sui Géneris soñaba con conocer al ex Beatle. Tocaron entre el 9 y 11 de diciembre de 1993.

La gira se dividió en siete etapas y 77 conciertos: 32 en Europa, 24 en Estados Unidos, 10 en Oceanía, seis en Sudamérica (tres de ellos en Argentina) y cinco en Asia.

El Mediolanum de Milán, Italia, fue el primer escenario para esa gira, que empezó el 18 de febrero del 93 y terminó el 16 de diciembre del mismo año, en el estadio Nacional de Santiago, en Chile, no sin antes pasar por el Monumental de River Plate, en Buenos Aires, Argentina. Ahí tocó Nito Mestre, entre el 9 y 11 de diciembre.

El intérprete de ‘Canción para mi muerte’, ‘Aprendizaje’ y otras del catálogo Sui Géneris, más otras de su etapa como solista como ‘Hoy tiré viejas hojas’ o ‘Flores en Nashville’, recuerda su encuentro con Paul McCartney, a quien describe como un tipo muy sencillo, pese a la grandeza de sus 60 discos de oro ganados y sus 400 millones de dólares de fortuna.

¿Cuándo escuchó a The Beatles por primera vez (o mejor dicho a Paul McCartney)?

Tenía 11 años y recientemente había perdido a mi padre. A esa edad y por cosas de la vida había ido a una disquera con un amigo (Carlos Piégari, quien después formó parte de Sui Géneris). Queríamos comprar un disco (de Rita Pavone) y ahí me mostraron el primer disco de los Beatles (el ‘Please, please, please’, de 1964). Lo pude escuchar ahí mismo y a partir de ese día armé una bandita de rock. ¡Y marcó mi vida! ¡Ese día escuché ‘Twist and shout’ unas seis horas o más veces seguidísimas! Para entonces tenía un profesor de música en el colegio. Después de escuchar a los Beatles fui a donde él y le dije que quería dejar el folclor para tocar rock. Y además quería dejarme el flequillo en la frente.

¿Qué es lo que más le agradó de lo que escuchó aquella vez?

¡Todo! No hay algo en particular, por suerte, ya que tienen unos temas desde los más sencillos hasta otros más complejos, pero siempre con una armonía ‘beatle’ y unas melodías fantásticas. Y ni hablar de las voces y arreglos. Algunos de los temas fueron hechos con tres o cuatro acordes, puestos de una manera sencilla, pero perfecta.

En octubre de 2008 me contaba que fantaseaba con ir a Inglaterra a estudiar medicina para conocer a los Beatles...

Y es verdad. Yo estudié medicina cuatro años. Mi padre era médico y músico. Desde chico ya soñaba con recibirme. Y rogaba que ‘algún santo’ (se refiere a los colegas que tuvo su padre) me consiga una beca en Londres para ir y perfeccionarme. Esto lo soñaba a los 11 años.

¿A tanto llegaba su idolatría?

Lo que pasa es que a los dos meses que escuché por primera vez a los Beatles se estrenó su película ‘A hard day’s night’. Mi padre tenía poco tiempo de haber muerto y quería que alguien me llevara al cine. Le pedí a mi profesor que lo hiciera, pero debía tener el permiso de mi madre Tecla. Cuando vi la película me dije: “tengo que conocer a los Beatles o a alguno de ellos”. Algo de eso le conté a Paul cuando lo conocí.

¿Cómo conoció a McCartney?

Lo conocí al terminar mi primer show (de los tres que compartí con Paul en el estadio de River Plate, en 1993). Yo volvía a mi camerino y él estaba en el camino. Me adelanté al guardaespaldas, aunque realmente no sabía cómo esquivarlo. Simulé como si Paul fuera un poste y de repente me le presenté. Hablé acelerado en inglés y Paul me respondió “ah, Nito”. Me quedé helado y él impidió que el guardaespaldas me sacara de ahí. Lo primero que me preguntó fue: “¿Y cómo te fue?”. Luego quiso que le dijera cómo le iría a él. Pensé para mis adentros “qué pregunta más idiota”, si los argentinos llevábamos años esperándolo, casi toda la vida, pero era Paul. Eso más bien fue una prueba de su sencillez. Al día siguiente, él estuvo en todo mi show y yo no lo sabía, hasta que lo vi cerca de mí con todos sus músicos, incluida Linda, que aún vivía.

¿Cómo se dio su participación en el show de él?

Apenas me enteré de que iba a Argentina, me ofrecí a tocar y luego los organizadores del concierto me llamaron. Me enteré que compartiría el escenario con él, unos tres meses antes de su show. Aquella vez toqué la mayoría de las canciones de Sui Géneris y mi banda de apoyo estaba formada por Lapo Gessagui, en la guitarra; ‘Mono’ Irigoyen en la batería; Alejandro Piediz, piano; Pablo López Ruiz, teclados, y Hernán Merlo en el bajo.

¿Cómo es como ser humano?

Bueno, como te contaba fue raro percibirlo como persona porque estaba al lado de mi ídolo de siempre, pero yo ya lo conocía de memoria. Así que en dos segundos supe que es un tipo muy sencillo, amable, un señor, me sentí totalmente a gusto. Y esa sensación es lo mejor que me pudo pasar porque no solo se cumplió un sueño, sino que este mejoró. Como músico es exigente, pero de buenas maneras. Es decir, lo noté estar pendiente de todo, pero a la vez relajado y con mucho cariño por el escenario porque lo camina como su casa. Se nota que le sienta bien. En camerinos también estaba de entrecasa. Él es muy ‘familiero’ y ‘amigote’. Y me parece que al estar de gira, esa actitud lo hace mantener súper bien. Lo sé porque no solo fue en aquella ocasión que lo vi. Lo sé porque mi sobrino lo vio hace pocos días en Uruguay. Son shows para no perdérselos.

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