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El Telégrafo
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La cantante, locutora y actriz rinde un tributo a cruks en karnak, una de sus bandas preferidas

Nata Cassette ‘baila en el templo’ y vuela con sus propuestas de rock y teatro

Foto: William Orellana / El Telégrafo
Foto: William Orellana / El Telégrafo
28 de mayo de 2015 - 00:00

Nata Cassette no necesita estar en un templo para bailar. Ella crea su propio espacio cuando quiere porque se siente libre, tanto que hace tiempo perdió su apellido real, que es Vergara. Es caucásica por fuera, pero su ‘yo’ tribal pide a gritos salir. Esa es una de las razones por las que se identifica con ‘Baila en el templo’, una de las tantas canciones que popularizó Cruks en Karnak en la década del 90.

Y de aquella disuelta banda quiteña Nata guarda una anécdota que data de hace unos 14 años cuando era una adolescente de 13. Fue un sábado en la Universidad Politécnica Salesiana, al sur de la ciudad. Ese día tocaban varias bandas, entre ellas ‘Cruks’. Se había escapado para verlos con la complicidad de su hermana Gabriela y Johan Jurado con quienes practicaba tae kwon do.    

Recuerda que en el concierto cometió todas las locuras que se le ocurrieron. Incluso hasta se cayó aparatosamente. La aventura le costó una paliza en casa, que ahora recuerda con gracia.

Originalmente los hermanos Sergio y Andrés Sacoto concibieron ‘Baila en el templo’ como un llamado a reconocer las raíces de cada uno, a través de su estribillo “indio, mulato, mestizo, latino/ siente la danza, tu origen divino”.

Y esa versión suena muy funky y latina, cargada de percusiones, mientras que Nata recurrió a su esencia rockera, lo que se refleja aún más en su video.

Dos ‘nerds’ pulsan ferozmente las teclas de sus computadoras portátiles de la que descargaron un videojuego. Alguien toca la puerta del departamento que está situado en un octavo piso. Aquel saca un cassette que está dentro de una grabadora, de la que caen tres pilas. Él agarra la tercera al vuelo y se la traga como si fuera una píldora. Eso desata la rebeldía contenida de los 3, representada por una Nata de neón, al igual que su banda integrada por el guitarrista Francho Espina, el bajista Miguel Patiño y el baterista Moisés David.

Los 3, interpretados por Jordy Guzmán, David Alarcón y Fernando Acosta, se embarcan en un auto Camaro y se detienen afuera de una iglesia. Entran a ella y el sacerdote los ve como si fueran unos diablitos  (sus disfraces son cómicos, muy semejantes a un pijama).

“Lo que ve el sacerdote es el reflejo de cómo muchos ven a la sociedad y no necesariamente de parte de un religioso. La iglesia en donde se grabó queda en Nayón, en las afueras de Quito”, dice Nata.

Cuenta la también locutora y actriz que las escenas en la que aparece el grupo fueron las más complicadas. “Tres personas nos iluminaron con luces negras. Todo estaba oscuro en el set. El contraste era con las aplicaciones de neón. Se cortaron varias cintas para colocarlas sobre los herrajes de la batería, para las guitarras y bajo. Se utilizó esmalte de neón. Usamos tres tipos de maquillaje. Fue un trabajo de 28 horas continuas”, explica Nata, quien también trabajó en la preproducción del clip.

El video, en el que participaron unas 60 personas, fue dirigido por Jorge de los Santos y contó con la colaboración de Urband, un colectivo que ha producido clips de otros artistas, entre ellos Guanaco y Guardarraya.   

“La posproducción fue también muy elaborada. Por ejemplo, en las escenas dentro del Camaro, el carro nunca se movió. Se usaron efectos. Esas tomas se realizaron a las 6 de la mañana”, explica la cantante, quien deja entrever su pasión por la década del 80, a través de los fantasmas de Pacman, que aparecen en los cojines del departamento o los personajes de videojuegos de Atari como Space Invaders.

Nata anuncia que pronto subirá el ‘tras cámara’ del video ‘Baila en el templo’, en el que se invirtieron 1.300 dólares y actualmente tiene unas 7 mil reproducciones.

La siguiente canción que grabará es La paranoia, que tiene la colaboración de Andrés Sacoto, bajista de Chaucha Kings, en los estudios Rock On.  

A eso se añade Bomba de tiempo, que posiblemente estrenará video en un mes.

Nata Cassette no se detiene. Ahora vendrá más seguido a su Guayaquil natal porque forma parte del proyecto Monologueros, que tendrá sus funciones en el Teatro Las Cámaras, pero esa es otra historia. (I)

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