Guayaquil cuenta nuevamente con uno de los espacios de diversión nocturna que fue uno de los primeros en la ciudad en presentar música en vivo en medio de comensales, es decir, cena-show.

Se trata de La Posada de las Garzas que abrió nuevamente sus puertas para atender a su clientela que por más de dos décadas, ha disfrutado de la buena comida, cocteles y, sobre todo, de la presentación de artistas en vivo como fondo musical mientras comparten entre amigos o familiares.

Tras el fallecimiento de María Josefa Parra del Riego Botto, más conocida como Piti Parra, fundadora y administradora del establecimiento, su hermano Ricardo Parra se hizo cargo de este local que ha visto pasar a artistas de la talla de Hilda Murillo, Marcos Mena, Fresia Saavedra, Mireya Leví, Los Hermanos Miño Naranjo, Jesús Vázquez, Lucho Gatica, Mireya Leví, Jeremías, Pamela Cortés, Mirella Cesa, Los Panchos, entre otros.

Don Ricardo, como lo llaman las personas que atienden este mesón, fue el encargado de hacer “pequeñas” adecuaciones al local para darle un toque de modernidad, pero sin perder el diseño original que su hermana dejó.

“Este local es amplio y tranquilamente entran doscientas personas y tienen espacio para transitar con tranquilidad entre las mesas y, por supuesto, hasta para bailar si así lo prefieren”, comentó Parra, quien dejó su Lima natal para radicarse en Guayaquil.

“Este es un lugar tradicional para muchas personas que por más de veinte años han frecuentado la posada y han compartido con mi hermana. Aquí a todos se trata como si fueran de la familia”, comentó el administrador.

Señaló que La Posada de las Garzas mantendrá el mismo concepto de cena-show y a lo largo del año habrá varias sorpresas, más ahora que se acercan la semana de la fiesta de Fundación de Guayaquil. En La Posada de las Garzas los clientes pueden disfrutar de una variedad de veinte cocteles y piqueos. Además hay una carta exclusiva de vinos y whisky para los paladares más refinados.

Este espacio se caracteriza porque todos los fines de semana hay música en vivo con artistas nacionales e internacionales que visitan la pequeña tarima ubicada en el centro del local.

Quienes desean estar un poco alejados de los demás, pueden compartir en el pequeño muelle que tiene el local en la parte interior que está cubierto por madera y tiene faroles de luz tenue.

La Posada de las Garzas nació luego de la sociedad que hizo ‘Piti’ con Emilio Ginatta fundando el desaparecido Milkos Bar, que funcionó en la avenida 9 de Octubre y Pedro Carbo, frente al también desaparecido Bongos, que era propiedad de la familia Kronfle.

Sin embargo, todas estas fuente de sodas desaparecieron en una revuelta ocurrida en la avenida 9 de Octubre, cuando se enfrentaron cientos de manifestantes a favor y en contra de Carlos Julio Arosemena Monroy e integrantes del Partido Social Cristiano.

“Cayó una bomba en un reverbero que se encontraba en el departamento que estaba sobre el Milkos Bar y se desató un incendio de grandes proporciones, en donde se destruyó prácticamente todo el sector y ni por toda esa cantidad de agua que utilizaron para calmar las llamas no pudieron hacer nada para salvarlo y después, lamentablemente, las compañías de seguro no pagan lo que se llamaba motín y nunca me pagaron”, dijo ‘Piti’ en una entrevista realizada el año pasado con este Diario.

Su empuje y tenacidad la llevaron a abrir otro negocio muy diferente al anterior, el supermercado Más por menos, en el barrio El Centenario, en donde además reinauguró el Milkos Bar. Fue en ese entonces cuando conoció la marca de confites Kramel y no dudó en venderlos porque tenían mucha demanda.

Luego de un tiempo los productos dejaron de llegar al supermercado y ella, al hacer sus averiguaciones, supo que la empresa pasaba por una dura situación, así que tomó cartas en el asunto y, “con mucha tenacidad y ganas de sacarla adelante”, le asignaron esa fábrica y “sacamos adelante esa empresa, aunque, lamentablemente, no duró mucho porque al ser una compañía norteamericana que necesitaba modernización dejó de funcionar”.

‘Piti’ nunca consideró que su paso como empresaria fue un fracaso. Aún así tomó la decisión de ir a Miami y montar un negocio en esa ciudad, dejando encargada su casa de Urdesa. Allá inauguró un restaurante francés pero su amor por Guayaquil la hicieron regresar a los cuatro meses y se trajo con ella todos los muebles de aquel restaurante y con ellos armó lo que hoy se conoce como La Posada de las Garzas.