Morgan Freeman entrevistó el 29 de abril en Bolivia al presidente Evo Morales acerca de su vida política, informó el propio mandatario, quien le obsequió un libro que recoge la centenaria demanda marítima de su país a Chile por una salida al mar.

Freeman, de 79 años, y que llegó la semana pasada al departamento de Santa Cruz, en los llanos de Bolivia para filmar algunas escenas para un documental para National Geographic, entrevistó a Morales, de origen aymara, por alrededor de una hora en los predios de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.

“Yo resumiría en tres aspectos (la entrevista), la vida de Evo, las luchas (de los movimientos sociales) y la gestión de presidente”, afirmó Morales, quien comenzó su gobierno en 2006.

El mandatario acotó que fue “una linda entrevista, seguramente será un gran documental de este norteamericano. Hemos hablado sobre mi vivencia en el Chapare, la vida de Evo, las luchas de los movimientos sociales. Conoce muy bien la realidad del país”, y Morales reconoció que “me ha sorprendido el pedido de Morgan Freeman” para la entrevista.

El gobernante aprovechó el encuentro para regalar al ganador del premio Óscar en 2005 por Million Dollar Baby, y protagonista de filmes como Conduciendo a Miss Daisy, Invictus y Todopoderoso, un ejemplar del texto oficial El Libro del mar, que recoge la historia de Bolivia en su reclamo a Chile por una salida al mar. Además, el líder boliviano obsequió a Freeman un busto del caudillo indígena Túpac Katari y un licor elaborado con hoja de coca.

De acuerdo al diario El Deber de Santa Cruz en su portal de internet, el actor estadounidense visitó Bolivia para la producción de una nueva temporada del documental La Historia de Dios, de National Geographic, realizó tomas de la catedral católica en la Plaza de Armas de La Paz.

Asimismo, tenía previsto desplazarse a las misiones jesuíticas en la Chiquitanía, al este del país. En los llanos orientales de Bolivia la Compañía de Jesús fundó pueblos misionales para evangelizar a los indígenas hasta su expulsión en 1767, es decir durante los siglos XVII y XVIII  en la que los indígenas chiquitanos fueron evangelizados.

Por eso en esa región floreció una profunda religiosidad entre los descendientes de los indígenas que sobrevive en sus antiguos templos labrados en madera, que siguen siendo uno de sus principales destinos turísticos. Los templos jesuitas, que son los mejor preservados de Sudamérica, son Patrimonio Cultural de la Humanidad, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1990. (I)