“Quiero aplaudirlos porque me han hecho sentir que este es un país divino y estoy agradecido”. Ese fue parte del preámbulo del cantante español Mero Malla antes de presentar ‘La rumba del Ecuador’, un sencillo de su autoría dedicado al país.  

Con guitarra en mano, entonó la composición que reseña la historia de su vida en esta tierra latina en una fiesta privada en la que estuvo presente el primer mandatario Rafael Correa: “Un gitano muy rumbero de Barcelona salió / y viajó por todo el mundo para encontrar el amor / Un día sin querer queriendo fue a parar a Guayaquil / Y descubrió que el amor solo está en el Ecuador”.

Mero, diminutivo de Baldomero, llegó hace dos años. Jamás imaginó desarrollar su carrera artística en esta parte del planeta, de hecho, confiesa que tenía esta pasión relegada a segundo plano:  “Por problemas personales… no me sentía con ganas de hacer música, no cantaba, no tocaba… era como un luto”.

Luego de que los negocios de joyería que tenía en España corrieran una mala racha por la crisis de ese país, eligió esta tierra como destino porque acá tiene a su hija, Paloma, concebida con una esmeraldeña.

También vino a hacer negocios, pero tampoco tuvo suerte, para mal de su bolsillo y para bien de su verdadera vocación, la música, a la que se acerca nuevamente por casualidad.

Sobre eso, cuenta: “En un restaurante había una señora cantando e intenté arrebatarle la guitarra en un impulso, me la prestó con recelo y se quedó totalmente sorprendida. (…) Ella me presentó a un señor, este a otro… y así no paré de trabajar más”.

Ese día interpretó rumba, un género que hizo suyo en su natal España gracias a su origen cultural: el del pueblo gitano, una comunidad que proviene de los Reinos medios de la India y se caracteriza por tener como miembros a muchos artistas, entre ellos Mero, y casi toda su familia. “Yo nací con una guitarra, y no con un chupón en la mano”, bromea.

Aunque los gitanos son vistos en el resto del mundo como nómadas. Mero hace una aclaración: “En realidad a nosotros no nos gusta tanto movernos… nos gusta tener nuestro lugar, de hecho, yo nunca fui nómada”.

Pese a esa aseveración, cuenta que ha viajado por varios países del mundo, pero afirma que jamás ninguno lo cautivó como Ecuador.

Confiesa sin reparos lo que lo animó a quedarse: “En esta tierra valoráis el arte, amáis a las personas que traemos arte, las tratáis bien; y algo que también tenemos los gitanos lo tenéis vosotros: valoráis a vuestras familias. Eso me fascinó”.

Es tanto su amor por esta tierra, que compuso ‘La rumba del Ecuador’, canción con la que ahora se da a conocer en el medio. Ese sencillo surge sin ser planeado. “Quise hablar de lo que yo he encontrado y visto aquí”, dice sobre ese tema, que lo tuvo casi una semana sin dormir antes de poder terminarlo.

Su hermano, Jonathan ‘Petete’ Malla, productor español, le está dando la mano desde allá con el que será su nuevo disco, que, por supuesto, incluirá la canción en la que habla de Ecuador, y que, de hecho, se llamará también ‘La rumba del Ecuador’.

“Contará con 10 canciones y estoy seguro de que será una producción de la mejor calidad, pues mi hermano es el mejor productor de rumbas del momento y ha producido a los más grandes de este género con el mayor de los éxitos y reconocimientos”, comentó.

Mero le escribe al amor, a los valores humanos y a las cosas buenas de la vida, pues afirma: “La música es y debe ser transmisora de todo eso, yo creo que viene directamente de Dios”. En sus canciones no descarta las fusiones, pero por ahora estará entregado a su rumba, después de haber decidido dejar a un lado la vida empresarial.

Cree más bien que los negocios lo dejaron a él, y que la música lo buscó aquí para devolverle esa vida artística que tanto anhelaba, y que le fue arrebatada en España por la convicción de su padre y su ex mujer de que no debía dedicarse al canto.

Su acento europeo es innegable. Mantiene una sonrisa impresa en sus labios finos durante toda la entrevista. Luce un cabello canoso y una fina, pero bien arreglada barba estilo candado, que da cuenta de lo preocupado que es por su aspecto.

En sus presentaciones, la mayoría de las veces cuenta con Cris Cantadoy, La Novia de la Rumba, otra europea enamorada del país que conoció acá y que lo acompaña en los shows en coros.

Con ella se presentó en la fiesta privada con el presidente Correa. Sobre esa reunión comenta que fue la fe la que lo puso en ese escenario intimista: “Un día dije: ‘voy a cantarle esta rumba al presidente’, Dios me va a ayudar, lo declaro, y así fue”.

¿Aún se quedará en el país?, responde a esto con un condicional: “¡Me quedo si no me echáis!”.