Mercedes Sosa fue la estrella en una noche de recuerdos
Se escuchó el inicio de la melodía: “Solo le pido a Dios / que el dolor no me sea indiferente…”, pero no fue la voz de Mercedes Sosa la que le dio vida al tema, sino la de tres grandes de la canción latinoamericana: León Gieco, Piero y Víctor Heredia.
El mismo prefecto del Guayas, Jimmy Jairala, tuiteó en ese instante la impresión que produjo en él, y en la mayor parte del público, esta inusual presentación artística: “Uffffff!!! Demasiado para una sola noche”.
Ya casi eran la medianoche cuando ese momento se vivió en el auditorio del Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro, el pasado lunes, en un concierto que tuvo como único objetivo enaltecer a ‘La Negra’, una de las más importantes intérpretes de la música de este lado del continente.
Habían pasado casi cuatro horas desde que se inició la presentación, pero el público estaba ‘enterito’ de ánimos. No pudo ser de otra forma después de la presentación de un animado y jovial Piero, que arribó al escenario con una colorida bufanda y sus churros desordenados.
Los años no han pasado para las cuerdas vocales de este talento ítalo-argentino. Sus canciones en vivo sonaron tan perfectas que el público solo se dejó llevar y le ofreció en agradecimiento aplausos sonoros y prolongados.
“Buenas noches, Guayaquil, ¿cómo anda la vida?”, preguntó a su auditorio y empezó a cantar: “Vengo, desde el barrio chico…”, con ese pegajoso ritmo de balada vieja que más de uno registra en su memoria.
“70 y poco… casi nada”, dijo al referirse al año en que escribió la siguiente canción que interpretó, que dice: “Pasa un cartero en bicicleta / con telegramas color violeta / un patrullero de la policía / que busca a un chorro hace 15 días…”.
Al show, denominado ‘Voces Latinoamericanas’, se accedió solo con invitación. Fue organizado por la aerolínea ecuatoriana Tame Ep, cuyo personal custodió a invitados y artistas hasta el final del espectáculo.
Antes de Piero fue el turno de Víctor Heredia. De hecho, con él aseguró, a dúo y con banda entera atrás: “Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos…”.
Heredia, como Piero, sigue con la misma energía al momento de cantar, pero al contrario de lo que hicieron sus colegas, él prefirió una cómoda silla para dar rienda suelta a las notas de su guitarra electroacústica, que fue catalogada por uno de los asistentes como: “una guitarra con excelente sonido”.
La mayoría del público pasaba de los 40 años, no hubo gritos desesperados, como es de esperar de los fanáticos, pero en el ambiente y en los aplausos se respiraba la emoción del auditorio al ver a estas figuras en acción.
Heredia cantó: “Ya sabemos donde están las cosas muertas, / esos rostros de asesinos que regresan…”, versos de su canción Mara, que escribió para su hermana desaparecida, y dedicó a ella y a todos los desaparecidos de su país.
En un recurso que en otro tiempo bien hubiera sido descrito como mágico, trajo a una pantalla gigante, y en vídeo, a ‘La Negra’, para que lo acompañara en ‘Razón de vivir’, un momento en realidad emotivo y poético en el que se escuchaba a ellos y al público cantar: “Para decidir, para continuar, / para recalcar y considerar, / solo me hace falta que estés aquí / con tus ojos claros”.
Otro de los que aprovechó los recursos audiovisuales fue León Gieco, que dio paso a la presentación de Heredia no sin antes traer a la memoria la poesía de Atahualpa Yupanqui en un dúo: “Cuando la última flor del cerezo haya caído, amiga yo estaré lejos, / muy lejos por el camino”.
“Somos amigos de años. Ella (Mercedes Sosa) nos juntó”, contó Gieco al momento de presentar a su colega. En su acto, utilizó vídeos producidos de forma detallada, material que le dio un peso fuerte a su estadía en el escenario.
“62 años, 60 discos, empecé a cantar a los 7 años en un pueblo y a los 18 de forma profesional. Pertenezco a la segunda generación del rock argentino”, dijo a manera de biografía Gieco al arribar a escena.
“Les traje unas imágenes para que vean lo lindo que era yo”, agregó ante un auditorio que dejó oír algunas carcajadas. El efecto visual que logró este artista fue admirable. Llegó un momento en el que estaba frente a él mismo, muchos años atrás, con barba rubia y ropa hippie.
Fue el instante en que cantó ‘Hombres de hierro’, cuya letra parecía estar premeditada para ese momento: “Larga muchacho tu voz joven / como larga la luz el sol / que aunque tenga que estrellarse / contra un paredón / que aunque tenga que estrellarse / se dividirá en dos”.
“Mercedes para nosotros es el ícono de la democracia”, comentó el argentino, que durante su presentación demostró sus dotes de trovador y comentaba con el público el por qué de cada canción.
El teatro lució casi lleno en todas sus localidades y se inició con la presentación del grupo ecuatoriano Orígenes y del dúo argentino Pastore & Pastore, conformado por los gemelos Leonardo y Marcelo. En su número artístico, ellos, a dúo, hicieron recordar al mundo las primeras canciones de Mercedes Sosa. Fue una noche de poesía y canto, una inolvidable y sorpresiva noche llena de recuerdos y buena música.