McCartney juntó dos generaciones en Perú
La presentación de Paul McCartney en Perú despertó quizás el mismo fanatismo que él vivió en la década del 60 cuando fue parte de Los Beatles. Eso lo demostraron miles de seguidores que lo recibieron en el aeropuerto, los que aguardaron afuera del hotel en el que se hospedó y quienes acamparon durante cuatro días en los exteriores del estadio Monumental, donde el lunes McCartney desempolvó temas de su época como Beatle, cuando integró The Wings y sus éxitos como solista.
El primero de ellos fue Hello goodbye, canción con la que el artista británico acompañado por su bajo Hofner abrió la presentación. El instrumento que utilizó fue el mismo que convirtió en un artículo de colección desde su época con su viejo grupo de Liverpool.
Desde ese instante, y durante dos horas y media, McCartney dejó en claro que, a pesar de sus 68 años, sobre el escenario sigue siendo capaz de hacer un recorrido intenso y lleno de precisión musical ante un público que le dedicó "olas" en las tribunas y cánticos de batalla futbolera al coro de "olé, olé, olé, olé, Paul, Paul".
Antes de continuar con más de sus temas, el artista, que ese día fue condecorado con la Orden de la Quina por el ministro del Ambiente, Antonio Brack, se dirigió a los asistentes con una "Hola, Perú, por fin estoy aquí, estoy muy contento de estar en Perú".
"Esta noche voy a tratar de hablar español, pero voy a hablar más en inglés", advirtió previo a entonar Drive my car, All my loving, Jet, The long and winding road, Ob-la-di - Ob-la-dá, Blackbird y Here today como un homenaje a John Lennon y a George Harrison, para quien interpretó Something en su memoria.
Paul, que hasta ese momento vestía un saco celeste, camisa y pantalones negros con tirantes, se quitó el abrigo y exclamó “viva el Perú, carajo”. La euforia alcanzó niveles incontrolables cuando para la interpretación de ‘The long and the winding road’ o ‘Nineteen hundred’ McCartney mostró su versatilidad como músico al pasar del bajo a la guitarra eléctrica y luego al piano.
Y eso no fue todo. Let it be y Live and let die fueron otros de los clásicos más aclamados durante la velada que congregó a 45.000 seguidores del músico. Vinieron más temas de cuando fue un Beatle como Give peace a chance, Lady Madonna, y tras su interpretación recorrió con la bandera peruana toda la tarima.
El idilio de familias, abuelos y abuelas, hasta hombres maduros y jóvenes padres que llevaban a sus pequeños estalló cuando Paul dejó escapar algunos acordes del clásico Yesterday y Hey Jude. La interpretación de ambos temas fueron cantados al unísono por todo el estadio y fueron acompañados por las luces de celulares que se esparcían como si se tratara de luciérnagas.
“Este es el momento de decir adiós”, dijo el músico que se despidió con Sgt. Pepper’s lonely hearts y The end. Aquellas canciones cerraron su histórica presentación como parte del Up and coming tour, que juntó a dos generaciones.
Con la gira que arrancó en marzo del año pasado McCartney ha visitado Estados Unidos, Canadá, México, Puerto Rico y Argentina, y en todas sus presentaciones ha reunido a más de medio millón de espectadores. El tour del concierto, que en Lima movilizó a 2.500 policías para tareas de seguridad, continuará hoy en Santiago de Chile, y el próximo 22 de mayo en Río de Janeiro.