El maestro cantó a dueto con su hijo juan pablo, la mexicana aranza y la ecuatoriana ceci juno
Manzanero convirtió al público guayaquileño en su coro personal
Las notas del saxofón develaron la melodía de ‘Somos novios’, tema con el que Armando Manzanero ingresó al escenario y erizó la piel de las casi 500 personas que lo esperaban en el salón Isabela, del hotel Hilton Colón.
“Vamos a cantar esto que traje desde hace mucho tiempo”, dijo al tiempo de entonar ‘Esta tarde vi llover’, reconocida por liderar el ranking histórico, de revista Billboard, sobre las canciones de la música latina más destacadas entre 1920 y 2015.
A sus 82 años demostró un desenvolvimiento ágil y motivador, bailando, jugando con el pedestal y hasta con su voz, que aunque sonó un tanto enronquecida, no desafinó y llevó a solfear muchas de sus melodías que preparó con arreglos de jazz latino, acompañado de sus cuatro instrumentistas.
“Es un privilegio tener a este público que me sigue, gracias otra vez por estar aquí”, manifestó el bolerista al saludar a los fanáticos guayaquileños que presenciaron sus movimientos con absoluto respeto, pero coreando la mayoría de sus reconocidos temas.
El repertorio continuó con ‘Huele a peligro’, recordada por la interpretación de Miriam Hernández, pero para esta ocasión cantada con el acompañamiento de las notas de una guitarra eléctrica, al ritmo de una balada pop. Entre su canto y la dirección, optó por lo segundo, exigiendo mayor intensidad en la percusión para concluirla con su voz en la última estrofa que reza “esa inquietud alborotada, con el hambre retrasada, huele a peligro”.
Un sonido tropical llegó de la mano de su hijo Juan Pablo junto con la cantante mexicana Aranza, esta última quien luego se quedó al lado de Manzanero para cantar ‘Nada personal’, al piano.
El dueto cautivó, más allá de la melodía, por la interpretación de la artista que está apadrinada con una producción que dirige el maestro en un nuevo disco, el cual -indicó la intérprete- promociona este año.
‘A la que vive contigo’, una balada dramática y de despecho destacó su voz mezzosoprano, lo que arrancó fuertes aplausos del público.
De regreso al escenario, Manzanero bromeó con leyendas de su tierra e hizo reír con anécdotas familiares. “Mi mamá le dijo a mi papá que se iban a separar y acordaron que lo harían cuando ‘Armandito’ creciera”, relató en alusión a su tamaño y sin dar respiro a los espectadores que reían a carcajadas.
Retó a los hombres a cantarle a sus parejas en voz alta el coro de una ranchera que interpretó al estilo de un mariachi, con silbidos y gritos de charro hechos por sus músicos: “Voy a cambiar, necesito cambiar, pero de mujer”, vaciló un Manzanero ante risas y aplausos.
Un breve popurrí convirtió al público en su coro con los boleros ‘Contigo aprendí’ y ‘Adoro’, siendo este último el que se cantó con fuera y que resolvió al ritmo de jazz.
Nuevamente invitó a su hijo al escenario para hacer un dueto y luego ir a un breve receso. Juan Pablo aprovechó para entonar una pieza de su autoría y un set tropical que incluyó ‘La negra Tomasa’ y ‘Carnaval’, esta última que cantó acompañado de la ucraniana Luciana Hackman.
El protagonista de la noche regresó a la tarima con ‘Nos hizo falta tiempo’ y luego invitó a la cantautora ecuatoriana Ceci Juno, quien ya había deleitado con boleros como telonera del evento. En las notas de ‘No sé tú’, la intérprete del género indie pop acarició con su suave voz.
El concierto llegaba a su fin. El compositor mexicano retomó el piano y entonando ‘Mía’, narró una anécdota romántica de su juventud, lo que provocó risas de sus fanáticos quienes lo aplaudieron no solo por su carisma, sino también por su sencillez y profesionalismo en escena. (I)