Mägo de Oz sí se presentará en Quito y Riobamba, pese a la cancelación en Guayaquil
El coliseo del Club Nacional de Guayaquil, que en los años 80 y 90 albergó a los tenistas más destacados del país y del mundo en torneos como la Copa Davis, fue el escenario de un bochornoso incidente provocado por la cancelación del concierto de la banda española de heavy metal y folk metal, Mägo de Oz, quienes visitan Latinoamérica con su gira ‘Brujería, tan dentro del alma mía’.
Pasadas las diez de la noche, el baterista de la agrupación Txus apareció sobre el escenario y pidió disculpas atribuyendo la medida para evitar accidentes, debido al torrencial aguacero que caía sobre la ciudad.
Lo dijo a pesar de que el escenario estaba cubierto y minutos antes se habían presentado las bandas ecuatorianas Rokket y Cabaré sin inconvenientes. “Gracias por estar aquí y por su comprensión. No podemos actuar en estas condiciones. Cualquier cosa háganmela a mí pero no se desquiten con las instalaciones”, dijo el líder de la banda.
Estas declaraciones causaron histeria entre los fanáticos, quienes comenzaron a tumbar los cercos de seguridad, las pantallas gigantes y todo lo que se encontraba a su paso.
Esto se veía venir una hora antes, cuando los sonidistas de la consola que estaba frente al escenario comenzaron a levantar los cables y guardar los equipos. Ellos aseguraron que éstos serían cambiados para que Mägo de Oz pueda actuar sin inconvenientes y con el instrumental deseado.
Para entonces los asistentes comenzaron a inquietarse y a exigir a gritos que apareciera esta banda, que inició su carrera en 1988.
Mientras la lluvia no cesaba, atrás del escenario había mucho movimiento. Los sonidistas, utileros, músicos y demás personal del equipo técnico comenzaron a guardar sus artefactos y a retirarse poco a poco, sin que el público se diera cuenta.
Inclusive la carpa que servía de camerino fue desmontada. Miembros de la Policía Nacional se ubicaron en zonas estratégicas para evitar mayores incidentes y el daño de los equipos.
La ansiedad por querer escuchar canciones como ‘Desde mi cielo’, ‘El que quiera entender que entienda’, ‘Fiesta pagana’, ‘Molinos de viento’, ‘La costa del silencio’, ‘La rosa de los vientos’, entre otras, “inundó” el lugar tal como la lluvia y comenzaron los gritos, los insultos, el ‘tira y jala’ y los desmanes.
Txus, quien fue escoltado por los policías, aseguró que en los próximos días ofrecerían un nuevo concierto, pero el público indignado contestó con insultos y botellas de plásticos que fueron lanzadas al escenario.
“Esto es una burla. Hay varias personas como yo que estamos aquí desde las tres de la tarde aguantando sol y una fuerte lluvia para que vengan y no se presenten porque no se quieren mojar. Es insólito y una falta de respeto tremenda a los fans. Para mí que no actuaron porque no se lleno el lugar. Además quién me va a devolver el dinero invertido. ¿Cuándo lo harán? me pregunto. Si por poco y apagan las luces sin decirnos nada. Esto es inaceptable. Tenemos los boletos mojados. vamos a perder el dinero”, reclamaba Édgar García, uno de los fans que acudió al espectáculo en compañía de sus amigos.
Este diario trató de comunicarse con el personal que estuvo a cargo de la organización en Guayaquil, pero no contestaron los teléfonos hasta el cierre de esta edición.
Sin embargo, Pablo Lasso, coordinador de Escena Eventos – RockTV, empresa encargada de la gira en el país, aclaró a este medio que “lo que ocurrió en Guayaquil fue un hecho aislado, pero que los demás conciertos no se cancelarán”.
Cuenca es la ciudad que esperaba recibir anoche al quinteto, y según los organizadores, el grupo se presentaría sin problemas; al igual que hoy en el Ágora de la Casa de la Cultura de Quito, y mañana en la Quinta Macaji de Riobamba, en donde la banda concluye su gira en el país para luego continuar con su recorrido por Colombia, en donde ofrecerán 10 conciertos en varias ciudades.
Opinión legal
La abogado Miguel Garay aseguró que el espectador perjudicado puede acudir a la Defensoría del Pueblo con su boleto para presentar una acción en contra de los organizadores y exigir el desembolso del dinero invertido en la entrada al concierto.
En este caso, el profesional asegura que hubo negligencia de la organización por no prever los cambios climáticos y tomar las medidas adecuadas.
Garay califica como “falta de ética” el que los promotores no hayan aparecido sobre el escenario y explicaran lo que estaba pasando. Finalmente, destacó la presencia del baterista de la banda. sobre el escenario que evitó que los incidentes pasaran a mayores.