Después de 25 años escribiendo artículos, columnas de opinión, guiones comerciales y libretos de piezas teatrales para amigos o conocidos del gremio artístico, Pedro Ortiz decidió sacarle polvo a un texto que  mentalizó y visualizó para un cortometraje, hace diez años.

‘Angelines Fernández’ es el nombre de ese audiovisual que contó con la colaboración de su amigo, el cantautor de rock Luis Rueda, a quien le propuso reproducirla pero en formato de microteatro.

Ortiz es el productor y director de esta historia en la que dos amigos dialogan sobre situaciones de sus vidas, entre la broma y seriedad, dando pie a un nuevo género que su mentor creó y que denominó como ‘humorbo’, mezcla del humor negro y suspenso, que invita al morbo.

“Es como muy mía, como mi estilo porque toco fibras muy sensibles, no está basado en relaciones personales ni experiencias propias, es una ficción y cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia”, manifiesta el actor que encarna a un personaje parco pero burlesco a la vez, haciendo uso de las malas palabras como el peculiar guayaquileño común.

Dirección e interpretación

Pareciera que los 15 años que Ortiz tiene interpretando monólogos y stand up comedy le pasan factura  por seguir manejando la clásica comicidad de los roles que ha desarrollado en programas de televisión.

En esta obra el reconocimiento se lo otorga su centrada dirección y el eje conductor de una historia y contexto impredecibles, que pone en alerta a los espectadores. A esto se suma la impecable escenografía de una habitación lúgubre que con tenue luz deja ver la gesticulación de los rostros y permite descifrar las verdaderas intenciones de sus excéntricos personajes.

“La gente se sorprende mucho porque me conocen como el comediante por mis stand up comedy, pero yo le he dado a él (Luis Rueda)  el peso cómico de la obra, no lo hago yo y lo está haciendo muy bien, todos los días está leyendo tutoriales, es un tipo que le pone mucha pasión y que se dedica a la actuación”.

Rueda ya tenía una idea clara de lo que es actuar, porque dice que en sus 9 años de experiencia musical, en sus conciertos suele interpretar a un tipo impetuoso y hasta arrogante. “Tengo una idea bastante clara de que actuar es reaccionar, que cuando te dicen una cosa  tú estás volviendo a vivirla y reaccionas a base de esos estímulos”.

Recuerda que fueron tres semanas intensas para entrar en su personaje, el cual es un hombre disoluto, con altibajos, en los que pudo hacer despliegues de actitudes que se tornaron un reto desarrollar, en tan solo veinte minutos.

“Hay unos momentos en que el tipo está desganado, eufórico, otros que se pone bastante triste y es un rato en la obra que me gusta mucho porque se genera un silencio muy incómodo en el público y una tensión que está ocurriendo y mientras más fuerte digo: mira qué bien, esto funciona”.

La interpretación musical de  Rueda no podía faltar, así que incluyeron una adaptación de la canción ‘Sonia’, de Julio Jaramillo, en una versión en rock que se escucha al inicio de la obra. Lo mismo ocurre con uno de los temas de su último disco Adrede, que desde marzo sigue promoviendo en forma paralela.

¿Qué tiene que ver el nombre de la actriz que encarnó en vida a la Bruja del 71 de la famosa serie El Chavo del ocho? Es una de las interrogantes que el espectador deberá resolver entre la sospecha, la tensión y la burla sobre hechos que no suelen generar risas ni carcajadas.

‘Angelines Fernández’ estará en la cartelera de Pop Up Teatro Café, (Circunvalación Sur y Ébanos) hasta el 25 de junio, de miércoles a domingo, desde las 20:00 (I)