A primera vista, el parecido físico de estos dos hermanos es tan grande que resulta mejor preguntar sus nombres para no equivocarse. Leonardo sonríe y contesta la inquietud, pero cuando se acerca Marcelo ahí sí se nota la diferencia entre estos gemelos.

Este último es quien más conversa y tiene un aspecto de seriedad en los gestos de su cara, tanto así que parece el mayor de los dos. Leonardo se siente cómodo al escucharlo y asienta con su cabeza cada relato que cuenta su hermano, mientras que suelta una que otra sonrisa jovial e interviene pocas veces.

Mientras están ubicados muy cómodos en las sillas del Café Toledo, recuerdan algunas anécdotas de su niñez cuando vivían en su natal Buenos Aires y acompañaban a su padre, Juan Antonio Pastore, durante sus largas jornadas de música, melodías y ritmos, algo que los inspiró y motivó para que se inclinen por el canto.

Han pasado más de 40 años de esas vivencias, sin embargo Marcelo y Leonardo continúan con el legado musical de su padre y cuando tienen oportunidad de presentarse en un mismo escenario, se convierten en el dúo Pastore & Pastore.

Marcelo tiene 7 años radicado en Quito. Durante ese tiempo, los argentinos no habían compartido un mismo escenario, pero en agosto pasado Leonardo llegó a Ecuador para cantar junto a su hermano durante el homenaje que se hizo a Mercedes Sosa en Guayaquil, en el que participaron los también argentinos León Gieco, Víctor Heredia y Piero.

Luego de ese concierto se sumaron otros shows a la agenda de los Pastore, y en octubre pasado realizaron conciertos en Quito, Guayaquil, Ibarra, Piñas, Santo Domingo y otras ciudades.
Esta gira, denominada ‘Canciones de nuestra vida’, concluyó el pasado jueves en Latacunga.

“Es un homenaje a nuestro padre, que tiene 85 años, y a través de él empezamos a cantar porque es coleccionista de música y nos inculcó todos los géneros musicales del recuerdo. Desde niños nos gustó la canción mexicana, el tango, el bolero, la balada, los temas de JJ (Julio Jaramillo), Carlos Gardel, Jorge Negrete; aunque no son artistas de nuestra época, vivimos toda esa música a través de nuestro padre”, dijo Marcelo, quien este mes seguirá con la gira, pero en solitario, pues Leonardo regresa a Argentina para cumplir con una serie de conciertos de ópera.

Música del recuerdo...

Cuando Marcelo decidió radicarse en Ecuador en el 2006, se unió a Clan 5, agrupación ecuatoriana reconocida en los años sesenta. Fue la primera voz de este grupo, con el que grabó un disco y pudo conocer casi todo el Ecuador durante una gira de conciertos que abarcó varias ciudades.

Pero la etapa como solista siempre ha sido parte de la carrera artística de Marcelo, es por ello que mientras hacía shows con Clan 5, también se daba tiempo para cantar en Café Toledo, local tradicional en Quito que lleva 20 años con el mismo nombre, que el artista compró en noviembre del 2010.

Actualmente continúa siendo el propietario de este lugar, en donde interpreta canciones de Sandro, Rafael, Juan Gabriel, entre otros artistas. Incluso hay videos en Internet en donde puede verse a Marcelo caracterizando a sus artistas preferidos.

“Siempre cantaba en ese café, así que cuando me enteré que estaba a la venta lo compré. Muchos artistas han pasado por ese lugar, y otros han empezado cantando ahí, como el caso de Israel Brito. Cuando canto me gusta meterme en el papel de los artistas, por ejemplo me pongo una chaqueta característica para interpretar los temas de Juan Gabriel. Pero cuando canto con mi hermano el show es un poco más serio y abarcamos más géneros. Como solista prefiero la música del recuerdo”, comenta Marcelo, quien antes de llegar a Ecuador trabajaba en empresas dedicadas al sistema informático en Buenos Aires.

“Yo me alejé por un tiempo del canto, a diferencia de mi hermano que se dedicó a eso toda la vida. Cuando llegó la crisis económica en Argentina nos echaron a varios empleados de la empresa en la que trabajaba, en 1998, así que ‘Leo’ me sugirió que regrese al canto. Hicimos una gira de conciertos, y desde ese entonces no me aparté de la música. Pero también me gusta tener mi propio negocio porque me mantengo en contacto con mucha gente del medio artístico”, acota.

Una vida dedica a este arte

Leonardo comenzó su carrera a los 10 años en el Café Tortoni, de Buenos Aires, cantando tango. A tan corta edad llegó a abarcar un repertorio de más de 700 canciones, que incluye tango, folclore y baladas.
Con el tiempo adquirió una técnica vocal adecuada al canto lírico, convirtiéndose en tenor, interpretando los más importantes roles protagónicos en óperas como La Traviata, La Bohème, Rigoletto, entre otras.

Editó en Argentina un disco dedicado al cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa, con arreglos musicales de Hernán Malagoli y otros músicos invitados.
Al regresar a Argentina, Leonardo realizará conciertos líricos con orquestas sinfónicas y coros, además de shows, en los que interpreta los temas de Zitarrosa. Con esta gira también cumplirá fechas en Uruguay.