Cada año mueren personajes del mundo del espectáculo, pero este 2016 se ha caracterizado por los íconos pop de una misma generación, la de seguidores nacidos en las décadas del 70 y 80.   

El más reciente deceso ocurrió el martes pasado con Carrie Fisher, famosa por interpretar a la princesa Leia Organa desde 1977 hasta el año pasado en la saga de Star Wars.

“Ella (Fisher) marcó mi niñez, mientras que los fallecidos de la música como George Michael, Prince y otros, formaron parte de mi adolescencia. De una u otra manera estos íconos de la contemporánea cultura pop han influenciado en mi parte artística”, afirma John Muñoz, escenógrafo de teatro para niños.

La actriz, quien también apareció en las películas Shampoo, The burbs, Loverboy, Hannah y sus hermanas, Cuando Harry conoció a Sally y otras, no pudo recuperarse de un infarto múltiple que sufrió el viernes pasado mientras viajaba en avión desde Londres hacia Los Ángeles. Esa dolencia la condujo a una clínica donde su corazón dejó de funcionar el martes.

Su madre, la actriz Debbie Reynolds, falleció al día siguiente por una embolia que le causó la impresión por el deceso de Fisher.

El impacto de su muerte se debe a que Star Wars es una de las sagas cinematográficas más famosas y rentables de la historia. Ella formó parte del elenco estelar en la trilogía más antigua, entre 1977 y 1983, donde era considerada como una heroína, algo poco común para la época. Muchos crecieron con estos personajes.

El 13 de agosto de este año falleció Kenny Baker, quien interpretaba al robot R2D2. Tenía 82 años, pero no era conocido por su apariencia real, sino por la de su personaje y por eso su muerte no tuvo el mismo impacto que Fisher.

Otro actor de Star Wars que falleció este año es Erik Bauerfeld, de 94 años, quien prestaba su voz para el personaje del almirante Ackbar en El retorno del Jedi (1983) y Star Wars: Episodio VII. El despertar de la fuerza (2015).

Tampoco tuvo impacto su deceso porque en la saga fue actor de doblaje y su personaje era digitalizado.

El año 2016 empezó con tres fallecimientos de famosos.

El primero fue David Bowie, el 10 de enero, dos días después de cumplir 69 años y lanzar su último disco, Blackstar.

“Este año se fueron Paul Kantner, de Jefferson Airplane; George Martin, el icónico productor de los Beatles; Keith Emerson y Greg Lake, de Emerson, Lake & Palmer, y Rock Parfitt, de Status Quo, en esta Nochebuena. Sin embargo, han impactado personajes mediáticos como Bowie, Glen Frey, guitarrista fundador de Eagles; Prince, George Michael y en el mundo latino Juan Gabriel”, explica Helmut Jeremías, promotor de espectáculos de rock.

Frey, quien  sufría artritis, colitis y neumonía, falleció el 18 de enero, cuatro días después del actor británico Alan Rickman conocido por encarnar al profesor Severus Snape en la saga de Harry Potter, y al villano Hans Gruber en la primera película de Duro de matar.

El ex Eagles vivió 67 años y Rickman, quien murió por cáncer de páncreas, tenía 70.

Los fallecimientos de Prince (21 de abril) y George Michael fueron inesperados. Este último murió en Navidad, mientras Fisher agonizaba. El primero de ellos pereció por una sobredosis de analgésicos opiáceos. De George Michael aún se desconoce la causa.

En el mundo latino atrajeron la atención el baladista mexicano Juan Gabriel, quien murió el 28 de agosto por un infarto. El ‘Divo’ fue un ícono de las generaciones de los 70, 80 y 90, como lo fue Bowie.

Rubén Aguirre, famoso por interpretar al profesor Jirafales en la serie El Chavo del 8, se fue el 17 de junio, dos días después de cumplir 82 años.

El cineasta quiteño Álex Jácome considera que el impacto por la muerte de Aguirre, aunque anunciada por su enfermedad, fue similar al de Carrie Fisher porque la generación de nacidos en la década del 70 creció con la serie.

En 2016 fallecieron los actores Gene Wilder, George Kennedy y Tony Burton, Maurice White, fundador del grupo Earth, Wind & Fire.

También murió Zsa Zsa Gabor, a los 99 años, el 18 de diciembre, nueve días después de que Kirk Douglas cumplió 100 años. (I)