A lo largo de 2014, en Guayaquil la oferta teatral fue variada y estuvo marcada generalmente por comedias sobre relaciones afectivas, en las que la fantasía y la realidad se juntaron para entretener a miles de espectadores. Una de las propuestas más comentadas este año fue Dos arriba y una abajo, que la directora Marina Salvarezza estrenó en diferentes salas de teatro de Guayaquil y que se extendió a Loja.

Esta obra es la adaptación del clásico Boeing Boeing (1960), del francés Marc Camoletti, que en 1991 se convirtió en Récord Guinness por ser la puesta escénica francesa más representada a escala mundial.
Contó con las actuaciones de Santiago Carpio y Elena Gui (Pareja Abierta), acompañados de Fabo Doja, quien, desde que retomó su carrera en 2012, ha destacado en diferentes propuestas teatrales como María Estuardo y Monogamia. A ellos se sumaron las emergentes actrices Noralma Reeves, Melissa López y Priscila Negrón que poco a poco se abren camino dentro del teatro guayaquileño con gran proyección.

Con funciones en el Teatro de la Casa de la Cultura del Guayas, Teatro Centro de Arte y Teatro Universitario Bolívar de Loja y un aforo aproximado de 3 mil asistentes, la obra recibió críticas positivas.
Este año La Pareja Segura (Teatro del Ángel) llegó a su presentación número 1000 y se despidió de los escenarios con funciones en diferentes ciudades del país e incluso, en Nueva York. Los protagonistas de esta propuesta fueron los actores Oswaldo Segura y Sandra Pareja, quienes a través de la comicidad abordaron la historia de un matrimonio que después de un período se fue opacando por la rutina, el desgano y el desamor. La propuesta plantea una reflexión sobre el trato que debe primar en un matrimonio. Mitad y Mitad también dio de qué hablar este año. Roberto Manrique protagonizó esta historia en teatros de Miami, Manhattan y Guayaquil.

En las ciudades estadounidenses, Manrique compartió escenario con el mexicano Gabriel Porras, mientras que en Guayaquil lo hizo junto al español José Burgos, pero en todas, bajo la dirección del venezolano Manuel Mendoza, quien en diálogo con este Diario se mostró complacido con la respuesta del público con un total aproximado de 2 000 espectadores.

Mendoza también dirigió este año a Manrique en Los hombres no mienten que cumplió 8 funciones en el Teatro Sánchez Aguilar, aunque en algunas presentaciones la sala principal no lució completamente llena.

Manrique también cerró 2014 con la adaptación del clásico Peter Pan, bajo la dirección de Jaime Tamariz con críticas que, más allá de favorecer al elenco, fue a la producción como tal. Esto debido a que se apoyó de recursos tecnológicos para escenificar “la magia” de sus personajes. Tamariz dijo que tuvo que traer de Quito a un equipo especializado de técnicos para el montaje del sistema que hacía “volar” al protagonista de la historia y parte del elenco.

La zarzuela también tuvo su momento este año con 2 propuestas en el Teatro Centro de Arte: Luisa Fernanda y La del Soto del Parral, obras clásicas del género musical escénico español bajo la dirección de Beatriz Parra. Para la directora, estas obras reflejaron el puntapié para difundir el “arte lírico” en Guayaquil.

Las frustraciones de 4 ecuatorianos en Nueva York y todas las peripecias que deben pasar en nombre del “gran sueño americano” fueron reveladas en la obra Cucarachas, que Bernardo Menéndez presentó con éxito en el Teatro de la Casa de la Cultura. La obra hace una reflexión sobre el valorar todo aquello que uno intenta dejar atrás por aventurarse al sufrimiento de lo incierto. Todos los directores antes mencionados regresarán en 2015 con nuevas temporadas.